Mateu Jaume ha vivido hoy una jornada única, muy especial. Le ha emocionado volver a su tierra, su pueblo, para vestir los colores del equipo de su vida y que su gente lo reciba para animarle, para recordarle que nunca le olvidaron, que han estado y estarán siempre con él.
Ver en la Plaça Ramon Llull de Petra a sus padres, a sus familiares, sus amigos, sus vecinos, toda la gente venida de otros pueblos, mallorquinistas y mallorquines, le ha hecho sentir unos momentos que hacía más de una década que no vivía.
A las 18h15 llegaba con #LaNostraPell acompañado de dos dimonis petrenses mientras de fondo sonaba el himno del club, con la plaza abarrotada de gente. ‘Mate’, como le gusta que le llamen, se ha situado en el centro junto al alcalde de la localidad, Salvador Femenías Riera, y la presidenta de la Peña Mallorquinista de Petra, Catalina Torrens.
Femenías ha dicho que está “muy orgulloso” de tenerlo aquí y de que vuelva a casa. Además ha recordado la emoción que tuvo al verle “recoger la medalla de subcampeón de la Champions League”. Por su parte, la presidenta ha agradecido su vuelta y que es un orgullo tenerlo en el club, como mallorquinista y uno de la tierra, su tierra.
Ha sido un acto muy emotivo para el jugador que ha estado muy agradecido durante todo el evento incluso ha tenido los ojos llorosos recordando lo mal que lo ha pasado durante los últimos años, y que se siente muy feliz al ver el recibimiento tan caluroso de su gente, de su pueblo.
“Me dais mil caballos de fuerza”
Mateu Jaume ha declarado: “Estoy muy feliz, contento y agradecido, este recibimiento de Petra me da mil caballos de fuerza, será un gran año". También ha destacado: ‘Me vienen recuerdos de todo el proceso que he ido pasando a lo largo de los últimos años". Por último ha alabado el grupo humano que hay en el vestuario mallorquinista: “La verdad es que hay muy buen grupo, me han dado una gran acogida, muy agradecido a los compañeros”.
Para finalizar ha terminado haciéndose fotos con todos los aficionados allí presentes que han podido compartir algo de tiempo con el protagonista de una jornada inolvidable.