La NASA capturó una de las fotos más claras de un agujero negro con su telescopio James Webb. El hallazgo científico se dio esta semana y la imagen permite dilucidar distintas formas en su silueta, mientras que también se pueden sacar nuevas conclusiones sobre este espacio galáctico.
El descubrimiento de la tecnología espacial es en un espacio conjunto de la agencia espacial de Estados Unidos y la Agencia Espacial Europea además de la canadiense. La imagen se conoce como RX J1131-1231 y el sitio se encuentra a 6000 millones de años luz en la constelación Cráter.
Este cuerpo capturado por el James Webb es un anillo cósmico conocido como cuásar y se trata de un lente gravitacional. Este fenómeno fue descripto en la teoría de la relatividad de Einstein y se dan cuando la luz de un objeto distante se desvía y se magnifica por la gravedad de otro elemento masivo situado entre el otro cuerpo y el observador.
En el RX J1131-1231, la galaxia en primer plano actúa como una lente gravitacional que difumina la luz del cuásar de fondo en un arco brillante y crea cuatro imágenes del mismo. De esta forma, este astro se convirtió en uno de los más particulares que se hayan visto.
En el caso de este cuerpo celeste, las observaciones indican que el agujero negro central gira a más de la mitad de la velocidad de la luz. Este hallazgo sugiere que el cuerpo galáctico creció a través de la fusión de galaxias y tomó este impulso físico-espacial, en lugar de hacerlo a partir de la acumulación de material de diferentes zonas.
La imagen del RX J1131-1231 se logró con el MIRI (un instrumento de infrarrojo medio) del Telescopio Webb como parte de un programa de observación para estudiar la materia oscura. Esta sustancia invisible constituye aproximadamente el 85% del total del universo.
El estudio inicial se dio en 2014 cuando un equipo de la Universidad de Michigan utilizó el observatorio de la NASA Observatorio Chandra de Rayos X. El grupo observó los rayos-X de la región cuando notó que crecían y se comían el mismo agujero negro.
Estos astros están formados por núcleos galácticos activos que albergan agujeros negros supermasivos en su centro. Estos cuerpos devoran materia a un ritmo acelerado a la vez que emiten una gran cantidad de energía en forma de luz y radiación.
Al estudiar la emisión de rayos X de los cuásares, los astrónomos pueden obtener información sobre la velocidad de rotación del agujero negro central y su proceso de crecimiento. Estas investigaciones también permiten analizar la naturaleza de la materia oscura a escalas más precisas que en otras épocas.