Como cada año, con la llegada del verano, las playas de España se llenan de turistas ansiosos por disfrutar del sol y el mar. Sin embargo, la presencia de medusas en las costas aumenta de una temporada a otra como consecuencia de las altas temperaturas y los cambios en las corrientes oceánicas, generando preocupación entre los bañistas y autoridades locales.
Sin embargo, este año la mayor de las preocupaciones de los bañistas españoles no son las medusas, sino las conocidas como 'falsas medusas': las carabelas portuguesas. De esta manera, esta colonia de organismos marinos ya ha picado en lo que va de verano a los bañistas de las playas de San Sebastián, y ya se han dejado ver en zonas de Cantabria, Galicia, la Costa Brava y Andalucía.
La carabela portuguesa es un organismo marino que se parece a una medusa, pero que en realidad es una colonia de pequeños organismos que trabajan de forma conjunta. Tiene una característica "vela" azul que flota en la superficie del agua y unos largos tentáculos que pueden llegar a medir hasta 50 metros. Además, estos tentáculos están cubiertos de células urticantes que pueden causar un dolor intenso y otros síntomas graves en los humanos.
La carabela portuguesa se encuentra en los océanos Atlántico, Índico y Pacífico, y, al igual que las medusas, se desplazan de un lado a otro gracias a las corrientes oceánicas y a los vientos. No obstante, aunque es una especie de una belleza inigualable, la carabela portuguesa es peligrosa y se debe evitar el contacto con ella, ya que sus picaduras pueden ser muy dolorosas y, en algunos casos, causar reacciones sistémicas como fiebre y dificultad para respirar.
Debido a la peligrosidad de su picadura, es importante evitar el contacto con la carabela portuguesa tanto en el agua como en la playa, ya que sus tentáculos pueden seguir siendo venenosos incluso después de haber sido arrastrados a la costa. No obstante, en caso de picadura, se recomienda buscar atención médica inmediata y seguir las pautas de primeros auxilios, que generalmente incluyen el enjuague con agua salada y la aplicación de compresas calientes para aliviar el dolor.
Además, tal y como señala 'National Geographic', es fundamental actuar rápidamente para neutralizar el veneno y retirar todos los restos de tentáculos de la piel. Además, señalan que es muy importante intentar lavar la zona, ya bien sea con agua salada o con alcohol, pero nunca con agua dulce o vinagre, ya que puede intensificar los efectos. En caso de ser posible, después de la limpieza también es recomendable aplicar agua caliente y una crema con cortisona.