Los Gestores Administrativos, a instancias de su presidente, Fernando Jesús Santiago Ollero, han llevado a cabo un cálculo de lo que podría costar a las empresas reducir la semana laboral hasta las 37,5 horas. Para llevarlo a cabo, han utilizado como ejemplo el de una empresa media con 4,5 empleados. Cuatro de los empleados trabajan a jornada completa y uno de ellos trabaja 4 horas, media jornada, en una semana laboral de partida de 40 horas.
La empresa del ejemplo, una fábrica que requiere estar produciendo 12 horas diarias (bien podría ser otro tipo de compañía, como un comercio, un hostal, un concesionario…) y debe haber tres personas a la vez en la empresa trabajando. Si consideramos las doce horas de apertura diaria por cinco días a las semana y 3 personas de forma permanente atendiendo las necesidades de la empresa, podemos calcular que se precisan 180 horas de trabajo a la semana.
Si dividimos las 180 horas semanales entre 40 horas semanales por persona, la empresa precisa las 4,5 personas (4 a jornada completa, 1 a media jornada). Los Gestores Administrativos, con objeto de simplificar el ejemplo, asumen que cada empleado cobra el Salario Mínimo Interprofesional, esto es, 15.876 euros al año, ascendiendo los costes sociales a 1.748 euros por año y trabajador. En definitiva, cada contrato laboral tiene un coste para la compañía de 17.624 euros al año. Si multiplicamos este importe por 4,5 personas, el coste anual se eleva a 79.308 euros al año de costes laborales para la empresa tipo española.
Si ahora la semana laboral se reduce a 37,5 horas, el resultado de dividir 180 horas por semana entre 37,5 horas por trabajador, el número de trabajadores que se precisan es de 4,8 personas. Esto significa que el contrato de uno de los trabajadores pasará de media jornada a un 80% de jornada. Procedemos a multiplicar el coste por contrato completo, 17.624 euros anuales, por 4,8 contratos y el resultado asciende en este caso a 84.595,2 euros de costes laborales anuales totales.
El coste para nuestra empresa tipo se habrá visto incrementado en 5.287,2 euros al año, un 6,7% más que antes de la reducción. Si lo multiplicamos, en números redondos, por 2,9 millones de empresas, el incremento será de 15.332,9 millones de euros para todo el tejido productivo. Cada media hora de reducción, el impacto a las empresas es de unos 3.000 millones de euros.
“Este es un cálculo de mínimos, pues tendríamos que considerar que habría más vacaciones, por lo que habría que cubrir más horas que no hemos tenido en cuenta”, afirma Santiago. “Además, es difícil encontrar empresas que paguen a todos sus trabajadores el SMI, por lo que, insisto, estamos hablando de una cantidad mínima”, sentencia el presidente de los Gestores Administrativos.
Según los Gestores Administrativos, la reducción de la semana laboral puede producir otros efectos, como que se incrementen las horas extraordinarias convirtiendo a éstas como un “sustituto perfecto” de las horas ordinarias. También se podría producir en algunos sectores un incremento de la economía sumergida, en aquellos casos donde los controles horarios y la monitorización por parte de la inspección no hagan posible sustituir la masa de horas ordinarias faltantes en extraordinarias.
“¿Podría incrementarse la productividad por hora efectiva de trabajo?”, se pregunta Fernando Santiago. “Todo dependerá de si hay automatización de ciertas tareas, pero esto podría llevar al despido de empleados. El resultado final no sería bueno para nadie”, cierra Santiago, quien finaliza pidiendo a la ministra de Trabajo y al Gobierno que “si quieren reducir la semana laboral, compensen a las empresas este sobre coste, bien con menos cotizaciones sociales bien ajustando el SMI”.