PUERTO PRÍNCIPE, julio 9.— La Policía Nacional anunció haber recuperado el control sobre las instalaciones del Hospital Universitario Estatal de Haití, conocido como Hospital General, lo que constituye la primera noticia de peso tras la llegada de una avanzada de la misión policial aprobada por la ONU y la asunción del nuevo Primer Ministro.
Miembros de las pandillas que hace meses asolan al país tomaron la sede hospitalaria desde el jueves y se parapetaron allí para enfrentar a las fuerzas policiales, que tres días después lograron desmantelar el uso del centro médico como trinchera de los violentos ocupantes.
La información fue dada a conocer el lunes en rueda de prensa conjunta que compartieron el jefe de la Policía haitiana, Rameau Normil, y el comandante en jefe de la Fuerza Multinacional de Asistencia a la Seguridad (MMAS), el general keniano Godfrey Otunga.
Durante el encuentro con los reporteros, Normil afirmó que «el recreo de las bandas ha terminado» y prometió recuperar los territorios ocupados por las organizaciones armadas, que controlan el 80 por ciento de esta capital. En ese propósito, el jefe policial hizo un llamamiento a la población para que coopere con las fuerzas del orden.
También el primer ministro, Garry Conille, lanzó un mensaje duro a las pandillas el sábado al llamarlas a deponer las armas. Esa fue su respuesta al planteamiento del líder pandillero y expolicía Jimmy Cherisier, alias Barbecue, quien ha reiterado la posibilidad de un diálogo.
«Las bandas armadas tienen un plazo muy limitado para deponer las armas», pues el Estado haitiano «no va a esperar indefinidamente a que las bandas depongan las armas», declaró Conille.
Ello acontece cuando han transcurrido pocas semanas de la llegada al país de una parte de los mil policías kenianos que deben encabezar la misión multinacional acordada en el contexto de la ONU, y se reporta el arribo de infraestructura procedente de Estados Unidos que se dice necesaria para el fortalecimiento de la acción policial.
En su pedido de diálogo, Barbecue, jefe de una coalición de bandas denominada Vivre Ensemble (Vivir Juntos) anunció lo que llamó «nuestra estrategia de deponer las armas para facilitar el diálogo nacional y fomentar la paz» algo que, afirmó, «ya está escrito en blanco y negro en nuestra agenda».
Barbecue reiteró que los grupos armados debían ser reconocidos como fuerzas rebeldes y no pandillas, y dijo que solo a través del diálogo nacional podrá el Estado haitiano recuperar el control de los territorios del país, como exige la Constitución vigente.
El expolicía se mostró descontento con la designación de Conille como jefe de gobierno aunque, según reportes, reconoció sus méritos, y dijo que «estamos dispuestos a elegir a un ciudadano haitiano creíble y coherente en la diáspora para facilitar el diálogo, con el fin de poner fin a esta guerra mafiosa y facilitar el camino hacia la paz en el país».