Álvaro Morata estaba en el centro de todas las miradas en la semifinal de la Eurocopa entre
España y
Francia. Sus declaraciones en una entrevista con
El Mundo en las que dejaba su futuro en el aire unos días después de ratificar que se quedaba en el
Atlético de Madrid y, sobre todo, su insistencia en denunciar la persecución que sufre en redes sociales y algún artículo de prensa en el que se le llegó a faltar el respeto y que provocó
la reacción de Alice Campello, su mujer, le situaban en el ojo del huracán.
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