«¿A qué hora empieza el rodeo?», preguntaba una norteamericana en el baño de la sección 2 de la andanada. Gato por liebre le dio algún reventa espabilado: «¿En qué turno va Roca Rey?». Ay, señora, que el peruano no se anuncia hoy (por ayer). Con gesto serio, abandonó la fila del lavabo y se fue a buscar al que la timó. «¡Suerte!», le desearon. De premio de lotería fue luego la notabilísima corrida de Victoriano del Río, brava y con el triunfo en sus embestidas. Sólo el cuarto y, especialmente, el sexto –el único con el hierro de Cortés– bajaron el gran nivel de una divisa que recogió por la mañana el premio al toro más bravo de la última...
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