La energía que Joe Biden no exhibió en el debate con Donald Trump en Atlanta la está empleando en una estrategia incansable para consolidar el control del Partido Demócrata, a pesar de que las críticas internas por su aparente declive no cesan. De momento, el presidente ha conseguido acallar a los disidentes en el grupo demócrata en la Cámara de Representantes, que suele ser más díscolo, obteniendo el apoyo explícito de diputadas críticas pero cruciales como Alexandria Ocasio-Cortez o Ilhan Omar. Esta semana, el presidente puede pausar la campaña electoral porque recibe en Washington a jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN, y la Casa Blanca confía que en las reuniones y cenas de gala recupere la iniciativa...
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