El activista por los derechos humanos Fernando Hamndan, acusado de ser el «coorganizador» del alzamiento militar contra el Gobierno de Luis Arce el pasado 26 de junio, ha ingresado este martes al penal de San Pedro en Bolivia, después que un juez dictaminara seis meses de prisión preventiva. La decisión se ha tomado después de que la Fiscalía imputara a Hamdan, presidente de la Comisión Iberoamericana de Derechos Humanos para el Desarrollo de las Américas (Cidhpda), por los delitos de alzamiento armado y terrorismo . El viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera, ha explicado a los medios de comunicación que al menos tres militares y un civil coincidieron en sus declaraciones para implicar a Hamdan en la toma militar de la sede presidencial de La Paz, el 26 de junio. Al finalizar la audiencia de medidas cautelares, el juez ha dictaminado que Hamdan debe cumplir detención preventiva durante seis meses. El Ministerio de Gobierno (Interior), a través de sus abogados, pidió que se ampliara la medidas alegando que hay riesgo fuga, pero la petición fue rechazada. Hamdan fue detenido la madrugada del domingo en la región oriental de Santa Cruz y trasladado a La Paz. El ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, lo ha calificado como uno de los «principales impulsores» del golpe: «Ha sido partícipe y coorganizador del golpe de Estado militar fallido del pasado 26 de junio», ha afirmado en una conferencia de prensa. De acuerdo con la investigación, Hamdan llegó a La Paz el 24 de junio, dos días antes del alzamiento militar, y fue custodiado por militares de inteligencia desde su llegada al aeropuerto internacional de El Alto hasta un hotel, ubicado en la zona de Miraflores. «De siete a diez de la noche (Hamdan) sostiene una reunión con Zuñiga donde planifica el golpe de Estado», ha expresado Del Castillo. Horas después del «intento de golpe», Zuñiga fue detenido y ahora se encuentra recluido preventivamente en el centro del país. Durante su aprehensión, Zuñiga acusó a Arce de haber ordenado la acción militar para «levantar su popularidad». La oposición y el expresidente Evo Morales (2006-2019), que está distanciado del Ejecutivo, coincidieron por separado en que fue un «autogolpe», mientras que el Gobierno de Arce insiste en que fue un «golpe de Estado fallido».
