A menos de tres años de que se celebren las próximas elecciones presidenciales en Francia, Jean-Luc Mélenchon se ve seriamente amenazado por la candidatura de Raphaël Glucksmann, según un sondeo de Harris Interactive-Toluna difundido este lunes.
Todo el pueblo francés ya está pensando en ello. Y es que tras la segunda vuelta de las elecciones legislativas, ningún bando parece capaz de gobernar por sí solo. Si la izquierda, unida en el Nuevo Frente Popular (NFP), obtiene el mayor número de escaños (182) y canta victoria, queda lejos de la mayoría absoluta, lo que le haría compartir el pastel electoral con el campo presidencial y el Reagrupamiento Nacional, así como con sus aliados.
Se trata de un signo de que la tripolarización de la vida política está bien consolidada, se traslada con más o menos fuerza a las intenciones de voto de cara a las próximas elecciones presidenciales. Esto se desprende de esta encuesta, cuya investigación se inició tras el anuncio de los resultados de las elecciones legislativas, publicados este lunes.
A diferencia de las elecciones parlamentarias, en las que se celebraron 577 circunscripciones electorales el pasado 30 de junio y el 7 de julio en otros tantos distritos electorales, el plazo para llegar al Elíseo está estandarizado a nivel nacional. Entre los que se presenten, los dos candidatos que hayan obtenido el mayor número de votos en la primera vuelta obtendrán su billete para la segunda. El que reúna a la mayoría de franceses en la final entrará en el Elíseo.
Independientemente de las diferentes hipótesis, que deben cogerse con pinzas, Marine Le Pen dominaría la primera ronda de las presidenciales francesas en 2027, con entre el 31 y el 32% de las intenciones de voto. Relegadas a la tercera fuerza quedarían las fuerzas nacionalistas, que han mostrado su encono desde la noche del domingo: su nivel en las presidenciales estaría casi en el mismo rango que el obtenido en las elecciones europeas (31,37%). Otro elemento alentador para la diputada por Paso de Calais es que el 90% de los 13,3 millones de franceses que había reunido en 2022 le seguirían siendo leales cinco años después.
Siguiendo con la división entre el partido de la llama, los dos candidatos probados para encarnar el bloque central -Édouard Philippe y Gabriel Attal- se clasificarían para la segunda vuelta. El ex primer ministro, que apenas oculta sus ambiciones para 2027, oscilaría entre el 22 y el 24% de los votos. Un ligero abandono ligado a la posible presencia del socialista Glucksmann en la línea de salida, qu afectaría al electorado centrista. Su sucesor, reelegido el domingo en Altos del Sena, obtiene un escalón por debajo, entre el 20 y el 23% de los votos.
Pero el misterio se cierne sobre la tercera figura. Todo depende del candidato socialista. En caso de que Olivier Faure represente al Partido Socialista (5-6%), Mélenchon podría conservar este título obtenido en las últimas elecciones presidenciales con entre el 16 y el 17% de los votos.
Por el contrario, el fundador de La France Insoumise se vería seriamente amenazado por Glucksmann. El eurodiputado del PS-Place Publique, acreditado con un 14%, estaría muy cerca de su competidor rebelde, como un pequeño punto más. A la izquierda, lejos del podio, el comunista Fabien Roussel, que acaba de perder su escaño en el Norte, se estima entre el 3 y el 5%, según el escenario.
La jefa de los Verdes, Marine Tondelier, recibe entre el 3 y el 4%. Cabe señalar que ningún escenario prevé un candidato común a toda la izquierda, como ocurrió con el NFP en las elecciones legislativas.
En cuanto a la derecha, sus representantes se encuentran en un nivel bajo. Elegido diputado de LR por Alto Loira el pasado 7 de julio, Laurent Wauquiez obtendría el 5% de los votos. Justo por encima de la puntuación de Valérie Pécresse en 2022 (4,78%). A pesar de la implosión de su partido de la Reconquista tras las elecciones europeas, Éric Zemmour obtendría entre el 3 y el 4%.
