Los avances tecnológicos y la innovación han provocado cambios profundos y rápidos en el sistema tributario a nivel mundial. En este contexto, la digitalización de las administraciones fiscales se ha vuelto indispensable, ya que las autoridades tributarias deben aprovechar la tecnología digital para mejorar sus procesos.
La principal función de las administraciones tributarias es recaudar los ingresos necesarios para financiar el gasto público, incluyendo áreas como la educación, el bienestar social, las pensiones, los servicios de salud, la infraestructura de transporte y la defensa. Para mantener la confianza pública, los sistemas tributarios deben ser justos, eficientes y eficaces, y la cooperación internacional entre administraciones puede ser clave para lograrlo.
Ninguna autoridad fiscal puede evitar la necesidad de modernizarse. Las administraciones tributarias en todo el mundo están en diferentes etapas de la transformación digital, que se clasifica en tres fases:
Administración tributaria 1.0: En esta fase, los contribuyentes presentaban su información en formatos físicos y las autoridades procesaban los documentos manualmente. Este método era propenso a errores, demoras e ineficiencias, y tenía dificultades para manejar grandes volúmenes de datos.
Administración tributaria 2.0: Aquí, las autoridades fiscales comenzaron a utilizar herramientas digitales y análisis de datos para identificar a contribuyentes de alto riesgo y mejorar el cumplimiento tributario. Se establecieron colaboraciones entre agencias gubernamentales para el intercambio de información. A pesar de las mejoras significativas, no se aprovechó todo el potencial de las tecnologías digitales.
Administración tributaria 3.0: Surgió para superar las limitaciones de la fase anterior, integrando la tributación en los ecosistemas digitales de los contribuyentes, haciendo del cumplimiento tributario una parte esencial de sus operaciones digitales.
En los últimos años, diversas administraciones fiscales han implementado exitosamente proyectos de digitalización. Por ejemplo, en Argentina, la administración tributaria (AFIP) lanzó en 2022 el “Sistema Integral de Monitoreo de Pagos al Exterior de Servicios” (SIMPES), que analiza el cumplimiento tributario y la capacidad financiera de quienes pagan a proveedores extranjeros antes de permitir dichos pagos. Este sistema ha ayudado a detectar ingresos no declarados de criptoactivos.
En Nigeria, la administración tributaria (FIRS) creó en 2021 la plataforma “TaxPro-Max”, una solución en línea que permite a los contribuyentes registrar, declarar y pagar impuestos electrónicamente. La plataforma ha mejorado significativamente el cumplimiento tributario y la recaudación fiscal.
México ha sido un pionero en la digitalización tributaria desde los años 80. El Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha desarrollado un avanzado sistema de administración tributaria digital. En 2002, se implementó un plan de pago electrónico de impuestos, y en 2012, se introdujo la firma electrónica avanzada. La factura electrónica (CFDI), implementada en 2011, ha sido fundamental en el cumplimiento fiscal. Desde 2017, el SAT utiliza técnicas de Machine Learning para analizar grandes volúmenes de datos de CFDI, identificar patrones y predecir tendencias.
Investigadores de la UNAM y la Central European University han colaborado con el SAT para identificar evasores fiscales mediante el uso de redes neuronales artificiales y otros métodos de análisis de datos. Este trabajo ha ayudado a detectar redes de evasión fiscal y a identificar a los principales sectores evasores.
La digitalización ha resultado muy efectiva para el SAT. En 2023, la recaudación fiscal alcanzó 4.517.730 millones de pesos, un aumento significativo respecto al año anterior. En los primeros meses de 2024, se ha mantenido una tendencia de crecimiento en la recaudación.
Recientemente, Claudia Sheinbaum anunció la creación de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, cuyo objetivo es reducir la burocracia y la corrupción mediante la digitalización de los trámites administrativos. En el SAT, se busca continuar innovando para mejorar la eficiencia recaudatoria y combatir la evasión fiscal, incluyendo la interoperabilidad tecnológica con las aduanas para el seguimiento de mercancías y la creación de una Plataforma Aduanal Única.
La digitalización de las administraciones fiscales no solo ha mejorado la eficiencia y eficacia del cumplimiento tributario, sino que también ha permitido una mayor transparencia y confianza pública en los sistemas tributarios. Los avances tecnológicos continuarán desempeñando un papel crucial en la evolución de la administración fiscal a nivel global.
En resumen, la digitalización en la administración tributaria representa una oportunidad significativa para mejorar la eficiencia y la transparencia. Sin embargo, también exige a los profesionales de negocios adaptarse y desarrollar nuevas competencias para enfrentar los desafíos asociados con esta transformación.
La autora es Miembro de la Comisión de Investigación Fiscal del ICPNL.
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