El Cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo Primado de México, ha solicitado una reunión con el López Obrador desde que éste era presidente electo en octubre de 2018.
Casi seis años después, la cita no le ha sido concedida al líder moral del 75 por ciento de los mexicanos.
La religión católica tiene la mayor feligresía de las que operan en México y ni así se le han abierto las puertas del Palacio Nacional al Cardenal Aguiar Retes.
En una conversación que tuve con el Padre José Manuel Gómez Hinojosa, Vicario General de la Diócesis de Monterrey, comentó que López Obrador cataloga al Arzobispo de esta ciudad como peligroso, según conversaciones con gente muy cercana al presidente.
Dos poderosas razones hacen que Andrés Manuel considere a Monseñor Rogelio Cabrera López como peligroso:
El Padre Paco comentó que el gobierno de AMLO sostiene un alejamiento respetuoso hacia la Iglesia Católica.
Al avanzar la conversación, estuvo de acuerdo conmigo cuando le cambié su diplomático adjetivo por el de “temeroso”.
Les recomiendo vean y escuchen la plática completa que tuve con el equivalente a Secretario de Gobernación de la Arquidiócesis de Monterrey:
Vive gobierno, alejamiento temeroso hacia la Iglesia (detona.com)
¿Quién le teme a una persona inteligente y honesta?
En respeto hacia las reglas del magisterio que ejercen los sacerdotes católicos en sus jurisdicciones (templos), no intervienen para nada en asuntos políticos.
Pero los lineamientos de la Iglesia Católica no les impiden para nada expresarse como ciudadanos que son, en el ejercicio de su libertad de expresión.
De hecho, el voto de un clérigo mexicano cuenta lo mismo que el de un agnóstico o el de cualquier ciudadano, sea parte de un partido político o no.
Los miembros del clero católico mexicano pueden expresarse en medios de comunicación de cualquier tipo, pero sucede que como “el miedo no anda en burro”, no se les abren tan fácilmente esos espacios mediáticos.
Los míos sí, y lo digo con convicción y muy consciente del riesgo que esto entraña.
Y voy más allá: tengo la convicción de que ese respeto que la Iglesia Católica experimenta hacia el gobierno, no es recíproco.
La misma jerarquía eclesiástica es objeto de una invasión hacia los principios religiosos de esta grey.
Empezando por el nombre de Morena, que fue concebido en 2011 con la flagrante intención de apropiarse de uno de los símbolos de la religiosidad católica predominante en México.
¿O no se le conoce acaso a la Virgen de Guadalupe como la morenita de México?
El gobierno de la 4T se adueñó del estribillo propagandístico de “primero los pobres”, siendo que ese ha sido el estandarte de la Iglesia Católica.
Al respecto, le tengo una noticia a quienes mangonean los destinos de Morena:
La fe católica está yendo un paso adelante de esa arenga goebbeliana:
Su misión en esta nueva era, la del Papa Francisco, es propugnar por que cada día haya menos pobres en México.
Otra de sus prioridades es bajarle al burocratismo o reglamentarismo excesivo que como Iglesia tiene.
Por ejemplo, un sacerdote no puede ser padrino de un niño porque entre los anquilosados requisitos de la Iglesia Católica está el que debe presentar su acta de matrimonio.
La nueva Iglesia está en la línea de modernizar sus postulados, porque muchos católicos son reacios a reglas draconianas que no corresponden a estos tiempos.
Al respecto, les digo todo con esta anécdota que contó el Padre Paco:
Se le preguntó a una mujer alemana si respetaba al Papa Benedicto XVI, alemán igual que ella y antecesor de Francisco.
Respondió que sí.
Luego se le preguntó si tenía relaciones sexuales con su novio.
Y la alemana respondió que sí.
“¿Cómo es eso? Respetas al Papa pero tienes sexo con tu novio, siendo que la Iglesia Católica dice que solo debe haberlo entre parejas casadas”.
Respondió la alemana.
Tan tan.
Cajón de sastre: