Puede que sea una broma recurrente en Cultura, quién sabe, pero a la última hornada de conservadores y ayudantes de archivos, bibliotecas y museos que se ha incorporado al ministerio no les hizo ninguna gracia oír que un alto funcionario del departamento que dirige Urtasun se refiriera a ellos como «mano de obra barata». En efecto lo son, al menos comparado con el resto de funcionarios de la misma categoría del resto de la Administración; como ha contado este diario, estos cuerpos, de alta especialización, están entre los trabajadores públicos peor pagados . Pero que en su primera toma de contacto con el ministerio les digan entre risas que están contentos de recibir por fin «mano de obra barata»... ABC...
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