Llegar de Londres a París o de Madrid a Barcelona por tren es cuestión de escasas horas. Aunque ya hay algunos proyectos en marcha en Latinoamérica, conectar a la región por trenes superveloces es un desafío enorme. Conoce por qué.
Europa es reconocida por su avanzada infraestructura ferroviaria de alta velocidad. Viajar desde Londres a París toma solo 2 horas y 16 minutos, mientras que el trayecto de Madrid a Barcelona se cubre en 2 horas y 30 minutos. Asimismo, el tren de Milán a Florencia que tarda 1 hora y 54 minutos. Este nivel de conectividad y eficiencia entre las principales ciudades del Viejo Continente plantea una pregunta crucial: ¿por qué no existe una red similar de trenes superveloces en Latinoamérica?
En nuestra región, aunque existen vías férreas, los trenes de pasajeros que conectan ciudades en diferentes países son una rareza. Un ejemplo es la vía de 8 kilómetros que une Posadas en Argentina con Encarnación en Paraguay. La realidad es que los trenes de alta velocidad no han tenido el mismo éxito en Latinoamérica debido a una serie de factores. Conócelos a continuación.
El desarrollo de una red de trenes superveloces en Latinoamérica se enfrenta a varios obstáculos de caracter económico, político y social. Algunos de estos son:
A pesar de los desafíos, algunos países de Latinoamérica están avanzando con proyectos de trenes de alta velocidad. Chile ya cuenta con el tren más rápido de Sudamérica, que conecta a Santiago con Curicó y recientemente se ha extendido a Chillán. Dicho servicio alcanza una velocidad de 160 km/h y una capacidad para 236 pasajeros, y conecta a las dos primeras ciudades en un lapso de 2 horas.
Este avance forma parte del plan de conectividad ferroviaria anunciado por el presidente Gabriel Boric, el cual incluye también un tren rápido entre Santiago y Valparaíso, que cubrirá 120 kilómetros en 45 minutos.
En México, el Tren Maya es uno de los planes más ambiciosos, planeando conectar Cancún, Tulum, Calakmul, Palenque y Chichen Itzá a lo largo de 1,554 kilómetros. Este proyecto, aunque criticado por su impacto ambiental, busca fomentar el turismo y mejorar la conectividad. El primer tramo se inauguró en diciembre de 2023 y actualmente llega desde Campeche hasta Playa del Carmen, con más tramos planificados para iniciar operaciones en los próximos meses.
Perú también está planeando el Tren del Norte, que unirá Lima con Trujillo en solo 3 horas y unirá a varias ciudades de la costa norte del país andino en un recorrido de 1.200 kilómetros. Este proyecto busca mejorar la calidad de vida, fomentar el comercio y el turismo, y se espera que beneficie a más de 14 millones de personas al año.
Estos proyectos, aunque prometedores, están todavía en etapas iniciales o enfrentando múltiples desafíos. La colaboración entre gobiernos y sectores privados será crucial para su éxito, marcando el inicio de una nueva era en la infraestructura de transporte de Latinoamérica.