Algunos sostienen todavía que la Tierra es plana. Están los que negaron la existencia del Sida, los que dudan de las vacunas y los que recelan del cambio climático. Por negar, hay quien desmiente el Holocausto. A la cerril caterva de los negacionistas del mundo se une ahora el PSOE andaluz, cuya cúpula ha transmutado en movimiento para el apostolado de la doctrina que pregona la inexistencia del mayor caso de corrupción política, el de sus ERE fraudulentos. Envalentonada con los fallos del TC, en la que para tantos juristas es una clara injerencia de este órgano, reconvertido en recurrente última instancia selectiva; acomodada en el relato jurídico construido por la mayoría progresista de ese tribunal que sostiene que lo...
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