Las autoridades australianas han detenido a un padre en Sídney por intentar impedir que los bomberos salvaran a su propia familia de un incendio que se produjo en la casa familiar. Como consecuencia, las llamas han acabado con la vida de sus tres hijos, dos niños y un bebé, según recoge AFP. Las llamas han acabado con la vivienda que se encontraba en el oeste de Sídney, el pasado domingo por la mañana, mientras que el hombre de 28 años, su pareja y sus siete hijos se encontraban en el interior de la vivienda, ha expresado la Policía estatal de Nueva Gales del Sur. En el desarrollo del incendio han muerto dos niños de dos y tres años y un bebé de diez meses. Gracias a la intervención de un vecino , quien «de manera heroica» ayudó a la Policía, se evitó que los otros cuatro menores, de entre cuatro y once años, y su madre, de 29, fallecieran a causa del fuego. Los supervivientes se encuentran en el hospital recuperándose de las quemaduras y las autoridades esperan que se recuperen en los próximos días. Las autoridades policiales afirman que la causa del incendio no se ha confirmado y que el acusado no tiene antecedentes penales. Además han descartado la orden de alejamiento de su pareja, según informa 'The Guardian'. El primer ministro de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, ha expresado en su cuenta de X: «Este es un acto horrible y sin sentido que, con razón, ha indignado a todo el estado ... Estos niños merecían un hogar lleno de amor, con seguridad y protección, y en lugar de eso, ya no están». Las autoridades policiales recalcaron que las tres muertes estaban siendo investigadas como un homicidio múltiple. El primer ministro Anthony Albanese ha descrito la violencia doméstica en Australia como una «crisis nacional» tras un aumento del número de muertes violentas de mujeres este año y una serie de ataques de alto perfil. La Policía estatal ha recalcado que el hombre de 28 años fue arrestado después de que supuestamente fuesen frustrados los esfuerzos de los agentes para ingresar al edificio en llamas. El varón se encuentra en coma inducido bajo la vigilancia de las autoridades. El comandante del escuadrón de homicidios del estado, Danny Doherty, ha comunicado ante los periodistas que el sospechoso del homicidio es el padre de 28 años: «Supuestamente, el sospechoso ha actuado con la intención de mantener a los niños dentro de las instalaciones mientras se producía el incendio» ha finalizado Doherty.
