Se mantiene la tendencia y el perfil de las personas que acuden a Cáritas en busca de ayuda es muy similar al de años anteriores, según la memoria de 2023 que han presentado este lunes en Valladolid el obispo de Astorga, encargado de Cáritas Española, Jesús Fernández González , y el presidente de la organización en Castilla y León, Antonio Jesús Martín de Lera . Familias, y en su nombre las mujeres, con edades entre los 30 y los 50 años, en situación de desempleo o de precariedad laboral se repiten en los locales de esta ONG de Iglesia que, no obstante, sigue percibiendo el aumento de personas mayores que no pueden cubrir sus necesidades básicas con la jubilación que perciben. En 2023 acudieron a Cáritas en Castilla y León un total de 66.802 personas , una cifra muy similar a la del año anterior en el que fueron 65.630, según los datos facilitados por Martín de Lera, quien ha destacado que fueron más de 118.000 las personas que se beneficiaron de sus acciones . La cronificación de la pobreza y el rostro de mujer siguen imponiéndose en un contexto marcado por la «la precariedad laboral, la situación de la vivienda -por su escasez y el aumento de precios del alquiler- y el incremento de las necesidades de acogida de personas migrantes». Esta realidad ha obligado a la organización a incrementar un ocho por ciento su inversión hasta superar los 47 millones de euros , siete más que en el ejercicio anterior y un reflejo de que el coste de atender a las personas es muy superior al incremento del IPC. Preocupa especialmente un problema detectado en los últimos años como es el incremento de las dificultades ligadas a la salud mental , convirtiéndose en uno de los principales factores que aumentan la exclusión social. En este punto, Cáritas Castilla y León destaca cómo una de las principales características de este tipo de problemas es su transversalidad ya que se detentan en muchos de sus programas y en numerosas ocasiones son el origen de otras dificultades como la falta de vivienda o las adicciones. En este sentido, Martín de Lera ha reclamado a las administraciones que «responsan» a estas situaciones y busquen «soluciones» a un problema «que tiene que afrontar toda la sociedad». También se percibe un aumento de la precariedad laboral que llevó a que 10.651 personas fueran atendidas en los problemas de empleo, lo que ha permitido detectar que que cada vez hay más trabajadores en situaciones de pobreza. La conclusión, señala Cáritas, es que «tener un trabajo no es una garantía para evitar la vulnerabilidad económica y social».
