Ha bastado contemplar la posibilidad real de que la ultraderecha gobernara para que la población francesa se diera cuenta de que las elecciones no son una broma y acudiera a votar en masa en la segunda ronda de las elecciones. Aunque el escrutinio no es definitivo, el resultado ha sido la victoria del Frente Popular, la agrupación de las izquierdas, y la caída de la ultraderecha de Marine Le Pen al tercer puesto después de haber ganado ampliamente la segunda vuelta. Macron y su partido salvaron el segundo puesto en las votaciones.
No hay mayoría absoluta de la izquierda, pero la victoria ha sido ampliamente celebrada en la selección francesa. Kylian Mbappé ya se manifestó en un par de ocasiones llamando a frenar a la ultraderecha. Y ahora ha sido otro compañero suyo en la selección y la temporada próxima en el Real Madrid, el que ha manifestado su satisfacción por el triunfo de la izquierda.
«La victoria del pueblo», ha escrito Aurelien Tchouameni en su cuenta de Twitter. Un mensaje breve y sencillo pero cargado de simbolismo. La selección francesa en los últimos 40 años se ha significado por se un ejemplo de mestizaje. Desde los tiempos de Jean Tigana y de Marius Tresor, nacidos en las colonias hasta ahora, pasando por la selección campeona del mundo en el 98, el fútbol francés ha sido un ejemplo de integración de los inmigrantes. Un grupo que no puede estar al lado de la ultraderecha.
