La Policía Municipal se ha hecho cargo de una insólita investigación: la búsqueda de un varón que metió fuego a tres hombres en Puente de Vallecas después de rociarles con algún líquido inflamable. Según explicaron Jonathan Alexis, Luis Joselito y Jorge Miguel, que resultaron heridos de diversa consideración, el ataque fue totalmente sorpresivo, aunque este extremo es uno sobre los que los agentes tienen dudas de su veracidad. Todo ocurrió en un banco donde estaban sentados cuatro habituales de la zona, en la calle de Carlos Aurioles, la altura del número 32. Es una parte del barrio, explican fuentes policiales, en la que se suele reunir casi la misma gente para beber y se conocen entre sí. Según el relato posterior de los heridos, de manera repentina, un individuo al que describieron como «joven, de raza negra, probablemente dominicano y vestido completamente de oscuro» se cruzó con ellos y les arrojó «un ácido» con una botella y les prendió fuego utilizando un mechero. La sustancia impregnó a tres de los cuatro objetivos del sujeto, quien logró huir a pie. El que peor parado salió fue Luis Joselito. Este ecuatoriano de 47 años sufre quemaduras de segundo grado en el 20% de su superficie corporal, principalmente en el costado, debajo de una axila; en la espalda, y en el antebrazo derecho. Jorge Miguel, con nacionalidad española (y de una edad intermedia a sus amigos), resultó abrasado en el 4% del cuerpo, presentando heridas visibles y ampollas en el brazo derecho; al tercero, Jonathan Alexis, ecuatoriano de 30 años, le cayó el líquido en la cara y el ojo izquierdo, aunque no le llegó a prender fuego, pero sí se le abrasaron esas partes por el propio contacto de la sustancias, explican fuentes del caso a este periódico. El Samur-Protección Civil los atendió en el lugar de los hechos, muy cerca de la estación de Cercanías de Entrevías, y trasladó al más grave a la Unidad de Quemados del hospital de La Paz. El convoy sanitario fue escoltado por una patrulla de la Comisaría de Servicios Especiales de la Policía Municipal, que se encontraba por la zona; sus dos compañeros, con pronóstico reservado, fueron ingresados en el Gregorio Marañón. Los agentes, con la descripción aportada por los lesionados, hicieron varias batidas por las calles colindantes, en busca del sospechoso, sin éxito. Una de las víctimas coincidieron en que no conocían de nada al atacante; eso sí, uno de ellos afirmó que lo había visto en ocasiones anteriores por la zona, pero que jamás habían cruzado una palabra. Con todo, los policías van a visionar las cámaras de videovigilancia del barrio, para dar con la sucesión de hechos y establecer una cronología; y, por supuesto, identificar al sujeto. Otro abordaje de la investigación consiste en esclarecer si realmente los unos y el otro no se conocían de nada e incluso no se descarta que hubiesen tenido algún pleito previo que desembocara en esta venganza que bien pudo ser fatal. Hace ahora un mes, se produjo un caso similar en Benidorm (Alicante). Un hombre fue atacado con ácido en la calle y presentaba quemaduras de tercer grado, por lo que fue trasladado al hospital Marina Baixa de Villajoyosa por los paramédicos de la capital de la Costa Blanca. La víctima es de nacionalidad ucraniana, mientras que el agresor es un varón corpulento que, tras el ataque, emprendió la huida a pie. Las pesquisas iniciales apuntaban a un ajuste de cuentas por drogas: la víctima pronunció las palabras «mafia narco».
