La mujer del presidente del Gobierno saliendo del juzgado por el garaje, en un coche con las lunas tintadas, sentada en el asiento de atrás con la cabeza entre las piernas y las manos tapando su rostro. Es una imagen terrible para ella, porque se muestra ante la opinión pública como una delincuente, aunque no lo sea. Me desconcierta su estrategia mediática y judicial, no la entiendo. He preguntado y hay dudas sobre si el perfil del exministro y fiscal Antonio Camacho es idónea para llevar un caso de este tipo. El elemento común de ambas estrategias es que revela inseguridad y aumenta las dudas sobre su comportamiento: se está victimizando, y eso es lo que hacen los culpables. Desde...
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