Los penaltis han decidido un Inglaterra-Suiza que si pasa a la historia por algo, es por su capacidad para adormecer a los espectadores. Un partido horripilante y aburrido que aunque tuvo algún chispazo de emoción, tuvo que decidirse desde los once metros. Quince minutos de auténtica locura, los últimos del tiempo reglamentario, sirvieron para animar un Inglaterra-Suiza que con total seguridad ha sido patrocinador de grandes siestas de sofá durante este sábado. Porque el resto del choque de cuartos de final de la Eurocopa fue un auténtico suplicio, con dos equipos que apenas cre ...