Sí, el calor también les afecta a ellas, las mascotas y las consecuencias de un golpe de calor pueden ser muy severas en su salud: daños en su nivel sanguíneo, gastrointestinal, urinario, neurológico, cardiovascular y pulmonar, con el consiguiente fallo multiorgánico. De hecho, los expertos aseguran que hay que extremar las precauciones porque puede llegar a producir la muerte del animal. Pero, ¿cómo detectar que nuestra mascota está sufriendo un golpe de calor? Según apunta Isabel Mendoza, veterinaria especialista en UCI y Urgencias de AniCura San Fermín Hospital Veterinario, existen varias señales que nos pueden alertar. «Hay que sospechar cuando observemos que el animal produce frecuentes jadeos, muchas veces roncan porque tienen un paladar muy largo y les ocluye el acceso a la vía respiratoria y eso produce este sonido. Si esto no se soluciona de forma rápida, este jadeo no es capaz de compensar el aumento de temperatura y empieza a subirles mucho la frecuencia cardiaca, se van debilitando y quizás no puedan levantarse», advierte. ¿Qué medidas hay que tomar en ese momento? Es muy importante localizar un lugar con sombra y un ambiente tranquilo para poder resguardarle y, de esta forma, poder mojarle ligeramente con agua, hidratando las zonas de abdomen, axilas e ingles. No hay que usar nunca toallas empapadas sobre el cuerpo porque impiden la disipación total del calor. Tampoco se debe sumergir al animal en el agua ni colocarle placas de hielo, ya que pueden producir quemaduras en la piel. Asimismo, no debemos superar una bajada de temperatura de 0'5ºC/h y debemos finalizar el enfriamiento cuando la temperatura se encuentre en 39'5ºC para no producir una hipotermia brusca. ¿Qué hacer si vemos que no mejora? Los factores que pueden empeorar el pronóstico son un estado mental alterado, hipoglucemia, alteración de la coagulación, afectación renal, crisis convulsivas y estado ácido-base del paciente. En este sentido, la respuesta a la terapia agresiva en las primeras 12-24 horas resulta fundamental en la mejora de su pronóstico. Por ello, es muy importante llevar la mascota cuando antes a un centro veterinario de urgencias para valorar posibles daños a los que se pueda enfrentar el animal y solventarlos en la mayor brevedad posible. Cuando llega un animal a este centro con un fuerte golpe de calor se le realiza una analítica sanguínea completa, incluyendo un control de la coagulación, una ecografía abdominal y un estudio radiográfico. Hemos tenido casos que han acudido al centro con un severo estado de deshidratación, diarreas y vómitos hemorrágicos, e incluso convulsiones. El modo de actuación en cada caso variará en función de cada paciente, pero ante un ingreso hospitalario del animal los profesionales del centro se encargan de administrar oxigenoterapia, recuperar la temperatura corporal y prestar atención al control cardiovascular, la producción de orina y otros controles sanguíneos. ¿De qué manera se puede prevenir que el animal sufra un golpe de calor? ¿Qué precauciones hay que tener? Para evitar llegar a este punto, los cuidadores deben conocer la raza del animal, así como su carácter y actividad, con el objetivo de cubrir todas sus necesidades. La prevención es fundamental. No se debe dejar a los animales dentro de coches en verano ni realizar paseos o ejercicio intenso en momentos de alta temperatura. Recomendamos paseos largos a primera hora de la mañana o a última de la tarde y si en estos paseos hay acceso a agua, un buen chapuzón no les viene nada mal.