Javier Milei solo presidió una reunión de Gabinete durante la semana. Fue el martes, justo el día después de que el dólar CCL superara los $ 1400 (+4,2%), el S&P Merval se desplomara -5,0% y el Riesgo País quebrara perforara el techo de 1500 puntos básicos.
Más allá del comportamiento de los índices, la pésima jornada generó cierta alerta entre ciertos funcionarios por si el mercado estaba empezando a soltarle la mano a la segunda fase de la gestión económica que había anunciado Luis Caputo el viernes anterior.
La reunión tuvo asistencia perfecta de toda la cúpula del Ejecutivo. Pese a la incertidumbre que se había generado el día anterior, el clima fue bueno y Milei pidió a sus ministros más unidad que nunca. "Más allá de algún mensaje en particular, te diría que no fue distinta a cualquier otra charla que tuvimos en semanas anteriores", indicó uno de los participantes.
Los funcionarios describen que el Gabinete mejoró sustancialmente desde que Nicolás Posse renunció a la Jefatura de Gabinete. "Me cambió la vida", confesó alguien que quedó notoriamente afectado por los requisitos sumamente burocráticos que le pedía a los ministerios y secretarías.
La secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.
Al reemplazarlo, la primera directiva que impartió Guillermo Francos fue que cada ministro era responsable de lo que firmaba y que a quien se lo encontraba operando, se lo echaba. Reglas claras para un Gabinete que sufría las versiones mediáticas sobre posibles reemplazos.
Por el momento, Milei estaría contento con los funcionarios que tiene y no se prevén más modificaciones. La del martes fue la primera reunión con todos los ministros luego de varias semanas. Ahí se verificó que sigue habiendo sintonía entre los funcionarios.
Pese al clima financiero, hubo un gesto de Karina Milei que sorprendió y desestructuró el ambiente: en un momento, entró y repartió a todos los presentes conejos de chocolate con una carta personalizada con el nombre de cada persona y un lema en común para todos: "Feliz semana de la dulzura". Ese día Presidencia no difundió a la prensa fotos del encuentro.
Este sábado a la noche Milei parte en el avión presidencial a Camboriú, Brasil, donde se estará desarrollando la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), que lo tendrá como uno de los principales expositores junto al expresidente de ese país, Jair Bolsonaro, el opositor político número uno del actual mandatario Lula da Silva.
Cuando trascendió la noticia, tanto el Planalto (la sede del Poder Ejecutivo) e Itamaraty (el Ministerio de Relaciones Exteriores) no dejaron de hacer trascender su estupor por la decisión que había tomado el jefe de Estado argentino: la de asistir a una cumbre de líderes globales de ultraderecha y brindar un discurso a horas de que Da Silva viaje a Paraguay a la próxima reunión de jefes de Estado del Mercosur.
Confirmada la presencia del presidente argentino, Javier Milei, a la CPAC Brasil en Balneario Camboriú, el próximo fin de semana. El mandatario no irá a la Cumbre del Mercosur en Paraguay. pic.twitter.com/OyeWJRZGFQ
— Milena Portella (@mileportella) July 2, 2024Milei no irá a ese encuentro, el primero que se desarrolle bajo su flamante presidencia. Además de no creer -filosóficamente- en organizaciones de integración regional, el mandatario libertario desprecia fervientemente a su homólogo brasileño.
Semanas atrás ratificó en una entrevista que Lula era un "corrupto" y un "comunista". Pese a que Brasil demostró su enojo por esas declaraciones, Milei dijo que no dará marcha atrás: "Se queja porque le respondo con verdad", alegó en su cuenta de X.
La línea dura de su Gabinete lo apoya en su diatriba, aunque El Cronista supo de dos funcionarios que conversaron con sus contrapartes de Brasil e hicieron catarsis por los modos del Presidente. La Cancillería del país vecino ya advierte que en el caso de que Milei diga algo sobre Lula en su propio territorio va a llamar a consultas al embajador en Buenos Aires.
Lula da Silva.
"Vos viste cómo es Javier", dicen cerca suyo para describir que cuando Milei quiere decir algo lo dice. Igualmente, son conscientes de que el contexto no sería el propicio para hacer ese tipo de declaraciones.
El Presidente guarda un enojo importante con el mandatario brasileño y el levantamiento del tono de las últimas semanas respondería a que Lula le negó el saludo durante la cumbre del G7. "¿Pasaste por al lado y el violento siempre es Milei?", marcan en Casa Rosada.
