Las Malvinas vuelven a ser un foco de conflicto entre Argentina y Reino Unido por la decisión del Gobierno británico de avanzar en la posibilidad de realizar una explotación petrolera en las islas.
El diario británico The Telegraph publicó hace unos días un artículo en el que dio a conocer que las autoridades del territorio isleño abrieron una consulta a sus habitantes para extraer hasta 500 millones barriles de petróleo.
Las operaciones, comenta el citado medio, se llevarían a cabo en el yacimiento Sea Lion, ubicado a unos 240 kilómetros al norte, y estarán a cargo de la empresa israelí Navitas Petroleum, que “ha comprado la mayoría de los derechos del yacimiento”.
El proyecto “perforaría 23 pozos para acceder a hasta 500 millones de barriles de petróleo inicialmente”. El proceso se realizaría “mediante un buque flotante de producción, almacenamiento y descarga, y los petroleros se lo llevarían para venderlo en los mercados energéticos mundiales”.
“Se cree que el yacimiento contiene 1.700 millones de barriles de petróleo, lo que lo hace varias veces más grande que Rosebank, el mayor desarrollo planificado para el Mar del Norte del Reino Unido, que se estima que contiene 300 millones de barriles”, resaltó.
De acuerdo a una publicación oficial de la directora de Recursos Naturales del gobierno de las Islas Malvinas, Andrea Clausen, el período de consulta se inició el 24 de junio y se iba a extender hasta el 5 de agosto. Recientemente, se anunció que el período legal de consulta será del 2 de julio al 13 de agosto de 2024.
Si bien The Telegraph advierte que “la mayor parte de las ganancias irán a sus accionistas en Israel y Estados Unidos”, remarca que “los isleños podrían beneficiarse de millones de libras en regalías e impuestos sobre las ganancias, lo que potencialmente transformaría toda la economía de las islas, que actualmente depende de la cría de ovejas y la pesca”.
La empresa Navitas Petroleum presentó al Gobierno británico una evaluación de impacto ambiental, en la que mencionó que “el desarrollo de Sea Lion involucraría perforaciones en 1.500 pies de agua en el Atlántico Sur”.
Esta compañía israelí tiene actualmente el 65% del control del yacimiento ubicado en las Malvinas, el cual fue descubierto en 2010 por la británica Rockhopper Energy, que tiene el resto del control.
Pese a que desde hace años hay reclamos desde Argentina sobre la posible explotación petrolera en el territorio isleño, el Gobierno local defendió el “derecho a utilizar nuestros propios recursos naturales”.
“Las Islas Malvinas operan su propio sistema nacional de licencias petroleras, que incluye actividades de exploración, evaluación y producción relacionadas con sus recursos de hidrocarburos en alta mar.
En caso de que se dé la aprobación para el desarrollo, las Malvinas cuentan con un sistema de licencias petroleras basado en regalías y recibirían regalías por la producción de petróleo, ingresos fiscales directos del proyecto y aumentarían la actividad económica”, afirmaron.