Toda celebración litúrgica es expresión de vida. El magisterio de la Iglesia viene subrayando que se celebra como se vive y se vive como se celebra, retruécano que se cumplió de sobra el sábado, solemnidad de San Pedro y San Pablo, en la parroquia más nueva de Los Palacios: su párroco celebraba los 25 años de ordenación a cargo del obispo Bellido Caro en Jerez como religioso marianista. Una ceremonia espontánea y entusiasta que hubiera puesto de los nervios a los liturgos (incluidos algunos de los concelebrantes), pero con un fervor que pocas veces se oye en misa. Con decir que el amén del final de la plegaria eucarística fue de los que retumban está dicho todo. Pero el oficio...
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