De los nuevos Sistemas de Asistencia a la Conducción, más conocidos como ADAS (Advance Driver Assistance System, en inglés), la preinstalación de alcoholímetro antiarranque es el menos conocido en España. La encuesta se ha realizado pocos días antes de la entrada en vigor, este próximo 6 de julio, de la nueva normativa europea encaminada a incrementar la seguridad vial. Esta nueva norma comunitaria obliga a que todos los vehículos nuevos que se matriculen en Europa estén equipados con diez sistemas de ayuda a la conducción. Los ADAS obligatorios a partir del próximo sábado, son la frenada automática de emergencia, el detector de cambio de carril, la alerta de tráfico cruzado, el asistente de velocidad inteligente, el sistema de detección de somnolencia y distracción, el avisador de cinturón de plazas traseras, la señal de frenada de emergencia, el registrador de eventos de datos, el control de presión de neumáticos y la preinstalación de alcoholímetro antiarranque. De entrada, un dato esperanzador: el 96% de los encuestados manifiesta conocer estos sistemas avanzados de ayuda a la conducción, lo que pone de manifiesto el alto interés que han despertado en parte de la opinión pública, según la encuesta de coches.net. De hecho, más del 80% considera que estos sistemas ayudan aumentar la seguridad al conducir. De ellos, un 44,2% cree que ayuda mucho y un 37,7% considera que bastante. Sólo un 14,6% manifiesta que estos ADAS no incrementarán para nada la seguridad vial. En esta misma línea, a la pregunta de si creen que estos sistemas de asistencia de conducción podrán disminuir la siniestralidad en carretera, la respuesta es, de nuevo contundente: ocho de cada diez aseguran que bastante (45,7%) o mucho (36,2%). Únicamente un 15,1% afirma que nada. De los diez ADAS que se convierten en obligatorios para los nuevos coches matriculados a partir del 6 de julio la preinstalación de alcoholímetros antiarranque es, como se ha indicado, el menos conocido: prácticamente uno de cada dos no sabe de su existencia, en concreto el 46,7%. Y, aun así, siendo el más desconocido, más de la mitad confiesa conocerlo: en concreto, el 53,3% de los encuestados. Su funcionamiento se basa en el análisis del aliento del conductor antes de permitirle acceder al motor del coche. Si el resultado es positivo, superior al límite legal, el sistema impide que el vehículo se ponga en marcha. Según el RACE, debe estar instalado a través de un cable que va unido al panel de instrumentos. El conductor debe encender el alcolock antes de emprender la marcha y soplar de forma continuada a través de la boquilla hasta que el aparato lo indique. Éste analizará en unos 25 segundos el aire espirado. En España, el límite está entre 0,25 mg/l y hasta 0,5 mg/l (entre 0,15 mg/l y 0,3 mg/l para noveles y profesionales). Si el nivel supera la tasa máxima permitida en España, el alcoholímetro dará la señal para que el motor de arranque no pueda poner en marcha el motor. Si no la supera, el conductor puede iniciar la conducción. Si se produce una parada y ésta es superior a 30 minutos el conductor tendrá que repetir el procedimiento para volver a ponerse en marcha. Los nuevos vehículos deberán incluir un interfaz para la preinstalación de alcoholímetros que impedirán arrancar el coche en caso de dar positivo. Este interfaz facilitará la instalación de estos sistemas, más conocidos como alcohol interlock, como nuevo accesorio en los coches. No hay que olvidar que, tras las distracciones al volante, el consumo de alcohol es la segunda causa de siniestralidad vial en España. En el otro lado de la balanza, los que más se conocen son, por este orden, el sistema de advertencia de abandono de carril (el 94,5% asegura conocerlo), seguido del sistema de frenado de emergencia (93,5%) y en tercer lugar, el sistema de alerta de uso de cinturón en todas las plazas (91%). Una vez confirmado que los sistemas de asistencia a la conducción son conocidos, y mucho, por la opinión pública, es importante determinar si su presencia puede ser determinante a la hora de comprar un coche a partir de ahora. Y la respuesta parece ser clara: la mitad de los encuestados asegura que estos nuevos ADAS influirán en la decisión de compra . Exactamente el 49,2% afirma que los tendrá en cuenta a partir de ahora. En el otro lado de la balanza, tres de cada diez indican que no afectará en la decisión de compra. E, incluso, dos de cada diez, aseguran que lo hará, pero negativamente. Probablemente tras esta última respuesta hay una duda razonable sobre si estos nuevos sistemas incrementan el precio de los vehículos.
