Keir Starmer , líder del Partido Laborista , puede acabar con 14 años de gobernanza de los 'tories'. Por tanto, no es para menos que su nombre, ahora resuene en todo Reino Unido, como el favorito para ganar estas elecciones. Y eso a pesar de que venía de haber heredado un partido con una importante crisis interna. Este 4 de julio, como señalan gran parte de las encuestas podría suponer un cambio de rumbo histórico para el país y el mayor descalabro para el partido de Sunak. Los sondeos pronostican que los conservadores obtendrían 108 escaños, en contraste con los más de 400 escaños que podrían conseguir los laboristas. Eso significa que llegarían con holgura a la mayoría absoluta. En ese sentido, cabe recordar que el último en reunir semejantes cifras fue el laborista Tony Blair, que logró 425 escaños, en 1997. Mientras que el partido Conservador venía, con Boris Johnson, de alcanzar una mayoría absoluta de 365 escaños. Starmer, de 61 años, creció en un pueblo llamado Oxted, en Surrey, Inglaterra. Su padre trabajaba en una fábrica de herramientas y su madre era enfermera del NHS. Recibió su nombre de Keir Hardie, fundador y primer líder del partido Laborista y tiene tres hermanos. Su vida estuvo marcada por los problemas económicos de su familia. Y por una enfermedad rara que aquejó a su madre toda su vida y que moldeó su personalidad resiliente. Al tiempo que le hizo un gran defensor de la sanidad pública . «Sé lo que se siente cuando la inflación está fuera de control, cómo el aumento del costo de vida puede hacer que uno tenga miedo del cartero que se acerca y le pregunte: '¿Nos traerá otra factura que no podemos pagar? ...Solíamos elegir la factura del teléfono porque cuando nos cortaban el servicio, siempre era lo más fácil de evitar», apuntaba en plena campaña. Fue el primer de su familia en ir a la universidad y estudió derecho en la Universidad de Leeds y Oxford. Lleva diecisiete años casado con la también abogada Victoria Starmer, trabajadora del NHS, que es el sistema nacional de salud. Tiene dos hijos adolescentes que quiere mantener lejos del foco público. La prensa le ha atacado porque en su partido han surgido controversias por comentarios antisemitas, al tiempo que Starmer recuerda que su esposa es judía. Starmer es abogado especialista en derecho humanos y fue fiscal jefe de Inglaterra y Gales entre 2008 y 2013. De hecho, fue nombrado caballero por su desempeño en la fiscalía , Sir Keir Starmer, pero sus oponentes lo usan en su contra como marca de una élite alejada de la realidad. Él, en cambio, se retrata como alguien al que le encanta el fútbol e intenta practicarlo cada vez que tiene tiempo libre. Especialmente dice seguir al Arsenal, mientras toma una cerveza en un pub de su barrio. En abril del 2020, pasó a la primera fila de la política al s uceder a Jeremy Corbyn al frente de un partido con una importante fragmentación. Los medios lo han descrito como un hombre cumplidor y aburrido, pese a ello es el favorito en los sondeos. Y él se defiende diciendo que después del periodo turbulento que ha pasado el país un poco de aburrimiento no viene mal. Para los analistas la importante ventaja que ha ido ganando frente al Partido Conservador se debe no tanto a los méritos del propio Starmer, sino más bien a la polémicas que han sucedido a los conservadores y a una mala gestión que ha desgastado la imagen del partido de Sunak. Su lema es «el país antes que el partido». Es europeísta y anti-Brexit, pero aclara que un gobierno laborista no buscaría revertirla. No obstante, quiere acercarse a los Veintisiete de la UE. Dice venir para aliviar la crisis inmobiliaria de Gran Bretaña y subsanar sus servicios públicos, especialmente el deficiente servicio de salud, pero sin aumentos de impuestos ni profundizar la deuda pública. La estrategia de su partido ha sido resaltar sus orígenes humildes frente a un Sunak casado con la hija de un multimillonario y cuya fortuna rebasa a la de Carlos III.
