El atleta Jacques Freitag , campeón del mundo de salto de altura, fue hallado muerto este pasado martes en Pretoria con varias heridas de bala, después de que la familia denunciara su desaparición hace dos semanas. Según medios locales, el sudafricano apareció junto al cementerio de Zandfontein y la policía investiga el hecho como un asesinato. La familia lo había visto por última vez el pasado 12 de junio, cuando salió de casa de su madre junto a un hombre al que no conocían y que le prometió un trabajo. Su hermana, Chrissie Lewis, fue quien puso la denuncia de la desaparición una semana más tarde, el 17 de junio. Medios sudafricanos apuntan a un tema relacionado con el tráfico de estupefacientes al señalar que el deportista intentaba superar una adicción a las drogas que había terminado con su expulsión de la Universidad de Pretoria, donde era entrenador. Freitag, de 42 años, fue campeón del mundo de salto de altura en 2003, y ya lo había conseguido en categorías inferiores, tanto en sub-18 como en sub-20. Nacido en Warrenton en 1982, Freitag continuó una tradición familiar que empezó su madre, Hendrina, que también fue campeona nacional de salto de altura. Pero el hijo llegó más lejos. Con 17 años logró el mejor salto para la categoría sub-18, en 1999, y solo un año más tarde ganó 14 de las 15 competiciones en las que participó, hasta que se coronó también en la categoría sub-20 e impuso un récord para su país con un salto de 2.31. Con 19 años, alargó ese récord hasta los 2.37 y consiguió el oro absoluto en el Mundial de París, con una marca de 2.35 que pasaría a la historia de Sudáfrica. En ese mismo campeonato del mundo, la también sudafricana Hestrie Cloete lograba el oro en categoría femenina. Aunque no tuvo demasiada suerte en unos Juegos, no logró clasificarse para la final en Atenas 2004, sí saltó más alto en 2005, con 2.38 metros, registro que todavía no se ha superado en Sudáfrica.
