La gran pregunta que recorre el Partido Conservador británico es qué va a hacer Rishi Sunak una vez que se produzca lo que todos los sondeos predicen como la gran derrota de la formación que más tiempo ha gobernado en Reino Unido. La campaña del primer ministro ha sido especialmente dura, con fallos garrafales como su ausencia en los actos principales del 80 aniversario del desembarco de Normandía o la entrevista televisiva en la que enumeraba como una privación de la infancia la televisión por cable.
Los cuchillos llevan tiempo afilándose entre los tories para ver quién y qué sector lidera la próxima etapa. Ante el temor de que se produzca una guerra civil sangrienta, los ministros del Gabinete habrían pedido a Sunak que se quedase hasta septiembre para liderar "una transición ordenada", según publica hoy "The Times". Nada más empezar la campaña surgió el rumor de que el primer ministro tendría preparadas las maletas para irse con su mujer a California tras las elecciones generales. Los mentideros de Londres aseguraban que en su ejercicio diario con su bicicleta estática había descargado vídeos del estado del sol. Sunak desmintió las habladurías y reiteró que permanecerá como parlamentario aunque pierda las elecciones. Eso si consigue revalidar su escaño, que no está del todo claro.
Si mantiene su asiento y permanece como líder del Partido Conservador su misión será mantener unida a la formación y liderar la oposición al nuevo Gobierno laborista. "Es insoportable y humillante para un líder derrotado", ha asegurado un veterano diputado conservador a la cabecera británica. "Si convocó estas elecciones porque estaba harto, no le hará ninguna gracia que le pidan que se quede".
El entorno de Sunak, sin embargo, insiste en que hará "lo que el partido necesitara de él" para garantizar "coherencia y estabilidad" durante la carrera por el liderazgo tory. Existe la preocupación de que el Partido Conservador caiga en otra dañina guerra fratricida sobre la futura dirección del partido.
La magnitud de la derrota a la que se enfrentan los conservadores marcará el nivel de desafío que afronta el partido en su intento de reconstruirse. Es probable que tengan problemas de financiación y se enfrenten a una posible lucha por cubrir todos los puestos del gabinete en la sombra y los comités selectos.
"Las encuestas proyectan que los tories ganarán unos 100 escaños. Es difícil creer que eso sea posible, y si ocurre, sin duda sacudirá los cimientos del partido" ha aseguró a LA RAZÓN el profesor de la Universidad de Bristol, Philip Syrpis. "En cuanto a su futuro, depende mucho de los diputados que salgan elegidos, de los resultados de la Reform (entre 0 y 7 escaños) y de si los liberales consiguen más escaños que los conservadores".
Los conservadores se encontrarán en una encrucijada, girar más a la derecha para neutralizar a Reform cediendo el liderazgo a figuras como Suella Braverman, ex ministra del Interior, o Robert Jenrick, exministro de Inmigración o Priti Patel, también extitular del Interior. O políticos de centroderecha que logren recuperar la confianza del electorado más moderado que se ha echado en manos de los laboristas de Starmer como Penny Mordaunt, que pelea por retener su escaño de Portsmouth Norte, o Grant Shapps, que jugó un papel importante para derrocar a Liz Truss en 2023.