«No estaba preparada para ese momento y nunca había visto que África presentara antes un episodio como ese. Sí había conocido casos en personas, pero no sabía que los perros también lo podían sufrir, y mucho menos que mi mascota estaba en riesgo”.
Así inició uno de los días más angustiantes que Camila Suescún pasó con África, su perro de 4 años de raza Beagle, todo por un episodio de convulsiones ante el cual no sabía cómo reaccionar.
Muchos tutores suelen prestarle atención a la salud de las mascotas, pero no están preparados para experimentar un episodio de convulsiones y, adicionalmente, desconocen que sus animales de compañía lo pueden experimentar por diferentes causas y no hacen valoraciones neurológicas de sus perros.
Es una de las condiciones neurológicas más comunes que presentan los perros. Se refiere a una alteración o disfunción de la función cerebral normal, la cual se da de manera totalmente involuntaria y de forma temporal, y va acompañada de una actividad muscular difícil de controlar.
El término epilepsia hace referencia a la presentación de episodios repetidos de convulsiones las cuales pueden ocurrir de manera única o con repeticiones durante poco tiempo; adicionalmente, cuando un animal es diagnosticado con epilepsia, los episodios convulsivos pueden darse de manera impredecible o suceder a intervalos regulares.
Esta es una emergencia veterinaria ya que necesita manejo y tratamiento particulares con el fin de evitar daños neurológicos e incluso la muerte del animal.
Cuando no se relaciona con una de estas, se conoce como epilepsia primaria; esta es una predisposición a esta alteración que se desarrolla principalmente en animales de 1 a 4 años.
Adicionalmente, existen unas razas de perros que tienen una predisposición a sufrir de epilepsia y convulsiones, como: schnauzer, basset hound, collies, pastores alemanes y australianos, border collie, Beagle, cocker spaniel y golden retriever, entre otros.
Tal y como sucedió con África y Camila, es fundamental reconocer los episodios convulsivos para actuar a tiempo. A menudo, las convulsiones se suelen confundir con temblores musculares.
Si bien tanto las convulsiones como los temblores implican movimientos musculares involuntarios, las convulsiones, en su mayoría, tienen la particularidad de que afectan la capacidad de los animales para responder a estímulos externos (de cualquier índole), estar inconscientes y perder la capacidad de sentir.
Sin embargo, existen unos tipos de convulsiones que no afectan el estatus mental de las mascotas y, por ende, representan un desafío en el diagnóstico. Por este motivo es fundamental que el tutor acuda al médico veterinario para hacer una valoración completa del animal.
Existen muchos factores que pueden llevar a que un perro desarrolle convulsiones y epilepsia. Dentro de estas se puede encontrar:
Usualmente, los episodios convulsivos suelen durar un minuto o menos y no generan daños a largo plazo; sin embargo, es importante velar por la seguridad del animal y no perderlo de vista durante el suceso. Una vez terminada la convulsión, es importante acudir al médico veterinario para determinar la causa. Existen algunas condiciones en las que se debe acudir lo más pronto posible al consultorio veterinario como:
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