Zena y Olaf se han llevado al lago a sus dos nietos, de 7 y 11 años, en Sandviken. Los chicos tienen ya vacaciones escolares y los padres todavía trabajan, de manera que cada verano se organiza la familia para cubrir los huecos. «Naturalmente este apoyo fue más intenso cuando eran bebés, es cuando los padres más ayuda necesitan , y me hubiera gustado poder disfrutar de un permiso laboral entonces«, dice Olaf. Se refiere a la nueva ley que ha entrado en vigor esta semana en Suecia y que permite a los abuelos disfrutar de un permiso parental remunerado mientras cuidan de sus nietos, durante un máximo de tres meses y durante el primer año de vida del niño. Hace 50 años, Suecia fue el primer país en introducir el permiso parental remunerado para los padres, no sólo para las madres. La nueva ley estipula ahora que los padres pueden transferir parte de su generoso subsidio parental a los abuelos del niño, si estos desean participar en la crianza. Una pareja de padres puede transferirles un máximo de 45 días, mientras que un padre o madre soltero puede transferir hasta 90 días, según la Administración del Seguro Social, la agencia gubernamental que administra el sistema de seguridad social. En Suecia, los ciudadanos tienen derecho a una licencia laboral completa cuando nace su hijo. El subsidio parental se paga por hijo durante 480 días, es decir, unos 16 meses. De esta cantidad, la compensación por 390 días se calcula sobre la base de todos los ingresos de la persona, mientras que por los 90 días restantes se paga una cantidad fija de 180 coronas (unos 15 euros) por día. Los padres pueden beneficiarse además de una jornada laboral reducida hasta que el niño cumpla ocho años, mientras que los funcionarios públicos pueden disfrutar de esta jornada laboral reducida hasta que el niño cumpla doce. El actual gobierno pretende ampliar gradualmente todos estos derechos a los abuelos, a los que considera valiosos participantes en la educación de los niños. Y se basa en datos científicos. Un estudio de la Universidad sueca de Turku ha probado que el apoyo de los abuelos reduce los problemas emocionales de los nietos a lo largo de la vida de estos, paliar los efectos de experiencias dañinas en la infancia y mejorar su comportamiento. Tales experiencias dañinas incluyen, por ejemplo, la muerte de un ser querido o problemas de alcoholismo en la familia. «Los efectos positivos pueden extenderse hasta la edad adulta, especialmente en el caso de las abuelas», dice el investigador Samuli Helle, «los resultados muestran que la ayuda de las abuelas puede mejorar el bienestar de los niños que se han enfrentado a la adversidad y que esos efectos positivos pueden continuar a lo largo de toda su vida». La investigación, que ha sido publicada por la revista científica 'Nature', se basa en una encuesta realizada a 1.197 niños de entre 11 y 16 años en Inglaterra y Gales. «La adversidad en las etapas sensibles de la infancia puede tener consecuencias hasta bien entrada la edad adulta. Entre otras cosas, pueden manifestarse en un mayor riesgo de morir prematuramente y una menor probabilidad de tener hijos propios», abunda Helle. Según la biología evolutiva, el apoyo de los abuelos en la crianza de los hijos se ha desarrollado a través de la selección natural porque proporciona a los niños mejores condiciones para desenvolverse en entornos difíciles y la Universidad de Turku ha corroborado que el apoyo de los abuelos protege el desarrollo del niño. «Se trata de brindar a todos los niños las condiciones para una educación segura y eso es exactamente lo que está haciendo este gobierno», defiende la ministra de Asuntos Sociales Camilla Waltersson. «Suecia ha tenido durante mucho tiempo uno de los sistemas de compensación para los padres más generosos del mundo y ahora se extiende a los abuelos».
