Siguiendo estos hábitos vas a poder empezar tu mañana con energía.
Cada mañana, la manera en que empezamos el día puede marcar la diferencia en nuestra energía y productividad. Según expertos de Harvard, hay prácticas que pueden optimizar nuestro rendimiento desde temprano.
Estos hábitos activan el cuerpo durante las primeras horas del día, y también preparan la mente para enfrentar los retos con mayor energía y vitalidad. ¡Conocé cuáles son!
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Es importante entender que levantarse temprano no implica sacrificar horas de sueño. Según expertos, es recomendable dormir entre 6 y 8 horas para asegurar un descanso adecuado. Comenzar el día temprano no debería comprometer este período vital.
Según un artículo del sitio Saber Vivir, Richard Branson, fundador de Virgin Group, promueve esta rutina energizante. Destaca cómo levantarse temprano le permite iniciar el día con actividades gratificantes como el ejercicio o compartir tiempo con su familia, es por eso que lo recomienda para empezar el día con energía.
Levantarte rápido luego de dormir 8 horas es recomendable para arrancar el día con tu energía. (Foto: Freepik)
No es solo una sensación de bienestar; está respaldado por la ciencia que realizar ejercicio físico aporta más energía y positividad en la vida diaria.
Según Travis Bradberry, experto en inteligencia emocional, investigadores de la Universidad de Bristol demostraron que las personas que hacen ejercicio durante el día muestran mayor energía y una actitud más positiva, aspectos claves para la productividad.
Bradberry sostiene que el ejercicio libera GABA, un neurotransmisor que calma el cerebro y ayuda a mantener el control de los impulsos, incluso con solo 10 minutos de actividad. Por estas razones, el ejercicio se convierte en la actividad principal para incluir en la rutina matutina.
Incorporar una corta sesión de ejercicio físico por la mañana estimula la circulación y eleva los niveles de endorfinas, fundamentales para un día productivo. (Foto: Freepik)
Incorporar hábitos simples como escribir un diario o planificar las actividades diarias ayuda a abordar el día con mayor confianza, pero también asegura el tiempo necesario tanto para lo profesional como para lo personal.
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