Washington. El huracán Beryl, el primero de lo que promete ser una temporada extraordinaria en el Atlántico Norte, sorprendió a los científicos al intensificarse rápidamente y volverse muy potente temprano en el año.
A pesar de establecer varios récords, también ilustra lo que los expertos predicen como una consecuencia más probable del cambio climático: océanos considerablemente más cálidos de lo habitual.
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Beryl se formó el viernes en el sureste de las Antillas y rápidamente alcanzó la categoría 1 el sábado.
Su formación fue “mucho más al este del Atlántico de lo que es habitual en esta época del año”, explica a esta agencia Andra Garner, climatóloga de la Universidad de Rowan.
Este fenómeno está directamente relacionado, según ella, con la temperatura actual del océano Atlántico, que no suele ser lo suficientemente cálida en estas zonas durante esta temporada para permitir la formación de una tormenta de este tipo.
Por su parte, Brian McNoldy, investigador especializado en huracanes de la Universidad de Miami, comentó en su blog que “nunca antes había ocurrido la formación de un huracán tan al este y tan temprano en el año”.
El huracán Beryl experimentó una rápida intensificación en menos de un día, alcanzando la categoría 4. “Es difícil expresar con palabras lo increíble que es esto”, comenta Brian McNoldy.
Andra Garner, quien publicó un estudio sobre este tipo de intensificación, señala que este evento, aunque sorprendente, se alinea con las expectativas derivadas del calentamiento global.
“En los últimos 50 años, hemos comprobado que los huracanes tienen ahora más del doble de probabilidades de pasar de una tormenta relativamente débil, de categoría 1 o inferior, a un huracán mayor, de categoría 3 o superior, en el espacio de 24 horas”, explica. “Eso es lo que hizo Beryl”.
El domingo, último día de junio, el huracán Beryl alcanzó la categoría 4, marcando un hito al convertirse en el primer huracán de esta intensidad registrado en dicho mes.
Para el lunes, ascendió a la categoría 5, la más alta posible, estableciendo un récord al ser el huracán de categoría 5 más temprano en la temporada, según los expertos.
Aunque la temporada de huracanes en el Atlántico Norte se extiende de principios de junio a finales de noviembre, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA) señala que los primeros huracanes importantes (de categoría 3 o superior) generalmente se forman a finales de agosto o principios de septiembre.
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El principal factor detrás de la intensidad observada en Beryl es la temperatura del océano Atlántico, que alcanzó niveles récord durante más de un año.
“Cuando nos levantamos por la mañana, tomamos una taza de café con cafeína para ponernos en marcha”, compara Andra Garner. “Las aguas cálidas de un huracán son un poco como la cafeína de nuestro café, permiten que la tormenta se ponga en marcha y coja fuerza”.
Las aguas del Atlántico Norte, así como las del Caribe y el Golfo de México, están actualmente entre 1°C y 3°C por encima de lo normal, según la NOAA. Las temperaturas de mayo ya se acercaban a las previstas para agosto. Por lo tanto, aunque Beryl sea un fenómeno “sin precedentes”, desde un punto de vista científico no es inesperado, subraya la experta.
“Sabemos que cuando calentamos el planeta y los océanos, hacemos que este tipo de eventos sean más probables”, añade, señalando a las emisiones humanas de gases de efecto invernadero. “Beryl es casi exactamente lo que esperamos desde el punto de vista de la climatología”.
