La aplicación para controlar el acceso a pornografía del Gobierno hace aguas por todos los lados. La herramienta, que se espera que esté disponible en un par de meses a través de la 'app' Cartera Digital Beta , no será capaz de impedir el acceso, al menos en un primer momento, a ninguna de las páginas web de contenido para adultos más visitadas en España. Ni a menores ni a adultos, ya que ninguna de ellas cuenta con su sede en el país. De acuerdo con un estudio de la firma de analítica web SEMRush, durante el pasado mayo de 2024 las 11 páginas de pornografía o prostitución más visitadas por los españoles fueron extranjeras. A la cabeza de la lista figura Pornhub , con más de 150 millones de visitas solo en España a lo largo de dicho mes y cuya matriz, Aylo, tiene sede en Luxemburgo. A esta la sigue, en segundo lugar, XVideos (110 millones), que se encuentra en República Checa; exactamente el mismo sitio en el que tiene su sede la que figura en el último cajón del podio: XNXX , con un tráfico mucho más modesto (31 millones). Los siete puestos restantes están copados por sitios que ni se acercan en visitas a las dos plataformas más grandes. Sus sedes están repartidas por países como Chipre, República Checa (otra vez), México, Estados Unidos y Países Bajos. En séptimo lugar aparece también la aplicación Onlyfans , que aunque es conocida principalmente por la oferta de contenido pornográfico, también aloja vídeos de otras categorías. La sede de su matriz, Fenix International Limited, se encuentra en Reino Unido. Para encontrar la web española más visitada que se vería afectada por la aplicación que anda facturando el Gobierno hay que descender hasta el decimosegundo puesto de la lista, que es donde aparece Loquosex . Y no es una página para consumir contenido pornográfico, sino un sitio que recoge ofertas de prostitución. Su sede se encuentra en Palma de Mallorca y contó con cerca de 5 millones de visitas durante el pasado mes de mayo, siempre según los datos de SEMRush. Como hemos explicado, todos los sitios anteriores, al no tener sede en España, no tendrán ninguna obligación de aplicar el sistema de verificación que solicita el Gobierno. Y lo más probable es que no lo hagan. La matriz de Pornhub, por ejemplo, demandó a la UE el pasado marzo después de que Bruselas decidiese, en base a su enorme tráfico, convertir al sitio de contenido para adultos en una de las empresas sujetas a la Ley de Servicios Digitales. La normativa, que lleva unos pocos meses en funcionamiento, obliga, entre otras cosas, a comprobar efectivamente la edad de los internautas antes de permitir el acceso. El sitio web hizo lo mismo en Texas (EE.UU.) después de que el estado intentase también obligar a todos los sitios de pornografía a instaurar un sistema de verificación de edad. En este caso llegó, incluso, a dejar de ofrecer servicio en todo el territorio. Por tanto, nada indica que vaya a aceptar por las buenas adaptarse a la solución española. Ni de lejos. Atendiendo a que apenas unas pocas páginas con uso inferior se verán afectadas por la aplicación del Gobierno, y que esta no tendrá efecto, al menos en un primer momento, sobre otras plataformas en las que se comparte contenido adulto, como es el caso de Telegram o X, todos los expertos en informática y ciberseguridad consultados por ABC coinciden al señalar que la solución española está destinada al fracaso. Incluso antes de nacer. También dudan sobre la seguridad de la herramienta. «Si esto valiera para algo, que ya es mucho decir, hay formas de hacerlo que generan confiabilidad. Pero ahora lo único que tenemos es un papel hecho por el Gobierno, e históricamente ya sabemos lo que pasa con estas cosas», explica el informático Jorge J. Ramos . Cabe recordar que los códigos de verificación de edad, que darán acceso a los pocos sitios digitales que se verán afectados por la aplicación, son emitidos directamente por el Gobierno, en concreto, por la Secretaría de Estado de Administración General a partir de un documento oficial electrónico aportado por el usuario. Con la información técnica aportada hasta el momento, no queda claro en absoluto si los datos de los usuarios quedarán al alcance de los funcionarios. «Hasta que no veamos el código de la 'app' no lo podremos saber del todo, y lo más probable es que no se comparta nunca», dice Ramos. «Un certificado digital es nominativo, si no veo lo que ocurre con ese certificado dentro de la aplicación porque el código de la aplicación no está disponible, lo que estoy haciendo si uso la 'app' es un salto de fe (de que el Gobierno no va a saber quién soy», prosigue. En la misma línea se mueve el 'hacker' ético Deepak Daswani , que tacha la aplicación de «despropósito». Aunque reconoce que no se puede saber a ciencia cierta todavía, en su opinión, todo hace indicar que el Gobierno, a través de la 'app', podrá saber quién consume pornografía. «Todas las claves salen a partir de un DNI. Alguien sabe quién eres, el sistema que las expide puede guardar esa información. En última instancia, el Gobierno podría saberlo. Por mucho que se diga que es anónimo, todo se hace a partir de un documento oficial».