Una de las principales preocupaciones que los economistas avizoraban en el panorama mexicano fueron las elecciones presidenciales, sin embargo, una vez que ya pasaron con un impacto breve en el tipo de cambio, mismo que fue frenado por los anuncios del gabinete de la próxima presidenta de México, para la segunda mitad del año se anticipa relativa calma.
En este contexto, México se afianza como principal socio comercial de Estados Unidos; se espera que la tasa de referencia del Banco de México se mantenga en la segunda mitad del año, al mismo tiempo que la economía exhibió en el primer trimestre un moderado crecimiento, soportado por indicadores sanos como el consumo y la inversión.
Adicionalmente, se prevé que de aquí a fin de año continúen los anuncios de inversión cobijados en la oportunidad que ha despertado el nearshoring. Basta mencionar que este año se prevé la construcción de al menos 50 parques industriales por todo el país, que corresponden con los más de 23 mil millones de dólares de Inversión Extranjera Directa (IED) que llegaron al país en el primer trimestre de 2024, de acuerdo con la Secretaría de Economía.
Hacia adelante, solo queda la elección presidencial de Estados Unidos, misma que está alejada del ruido y la controversia que causaron las posturas de Donald Trump allá en 2017, quien amenazaba diariamente, casi casi, con invadir a México.
Esta vez, Trump la tiene más fácil, pues el comportamiento errático del presidente y candidato demócrata a reelegirse, Joe Bide, le están facilitando el sendero para retornar a la Casa Blanca.
En realidad, la relación entre el gobierno de Trump y el de Andrés López Obrador fue buena. Recordemos que se concretó el tratado comercial más grande del mundo (T-MEC), y hay que decirlo, la relación bilateral, ejecutada quirúrgicamente por Marcelo Ebrard, logró mantener a Trump a raya en sus exigencias fronterizas.
Cabe apuntar que antes de que termine el sexenio estarán listos los mil 540 kilómetros del Tren Maya, y la refinería de Dos Bocas. Recordemos que durante su recorrido por el sureste con Sheinbaum, el presidente AMLO mostró respetuosamente al gobierno que viene, las prioridades para esta región que tiene un papel fundamental en el desarrollo económico del país.
Y no es poco. Esta zona del país, castigada por generaciones de gobernantes, alberga proyecto de impacto nacional: el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, cuya misión es materializar la plataforma logística más importante y ambiciosa de norteamérica, pues además de que pretende conectar los 300 kilómetros que separan al Golfo de México del Océano Pacífico, lo hará a través de un corredor industrial que dejará a su paso derrama económica y de empleo.
