Únicamente el 20 % de las organizaciones podrían implementar la facturación electrónica este año y otro 21 % en el 2025, momento en el que se prevé la obligatoriedad de esta herramienta para pequeñas, medianas y grandes empresas. Asimismo, los especialistas destacan que este nuevo método es una gran forma de evitar errores humanos, ahorrar costes y tiempo de trabajo, combatir la morosidad, fomentar la digitalización, automatizar los procesos empresariales y, además, batallar contra el fraude fiscal.
