El economista más importante de la City advirtió que el Gobierno afrontó a los bancos con un programa similar al que en 1989, en medio de una híper, estableció con los depósitos de los ahorristas. El Plan Bonex postergó hasta 10 años los depósitos de los ahorristas.
El anuncio sobre pasar deuda del Banco Central al Tesoro que hicieron el ministro Luis Caputo y el titular del BCRA, Santiago Bausili, se trata de "una especie de Plan Bonex, pero con otro nombre", advirtió el exviceministro de Economía Orlando Ferreres.
"El viernes se anunció una especie de plan Bonex para los bancos, con otro tipo de nombre, pero se pasa deuda del BCRA al Tesoro", señaló el consultor. Explicó, en declaraciones radiales, que "eso es lo que no gustó a los mercados. El Gobierno pensó una mejor reacción con la salida de la ley Bases y el Paquete fiscal. No salieron muy contentos los bancos al ver que era una obligación ineludible", indicó.
Ferreres dijo que ve a los banqueros "preocupados y se encontrarán con alternativas que serán difíciles de implementar también".
El equipo económico dijo que se emitirá una letra de regulación monetaria (LRM) para "llevar adelante igual que como se venía haciendo con los pases. Ahora, hay que emitir las normas correspondientes del BCRA y del Tesoro". El objetivo es ir hacia la no emisión con el objetivo de fortalecer el peso, según fue anunciado.
Orlando Ferreres, ex viceministro de Economía y titular de OJF y Asociados.
La operatoria será revelada el jueves en una normativa que emitirá el Banco Central, donde se habilitará una ventanilla a donde recurrirán los bancos a colocar liquidez. El Central administrará estas LRG que serán deuda del Tesoro.
El vencimiento de las LRM será a un día. El canje será optativo, pero la mayor parte de los pases pasivos es liquidez de los bancos públicos, por lo que se descuenta una adopción inmediata.
Los bancos del sistema salieron a respaldar la movida pero pusieron el foco en las negociaciones que el Central anunció que se encararían para la eliminación de los put, un instrumento que los bancos podían tomar junto con la suscripción de bonos de deuda del Tesoro y que les garantiza la compra por la autoridad monetaria si los bancos pretenden venderlos y no encuentran mercado suficiente.
