Muchas personas tienen la costumbre de ver su celular o la televisión hasta altas horas de la noche, exponiéndose a un flujo intenso de luz artificial. Un estudio científico propone que esta mala práctica se relaciona con un aumento en el riesgo de padecer diabetes tipo 2.
De acuerdo con la Federación Internacional de Diabetes, solo en el Perú, 1,3 millones de personas de entre 20 y 79 años padecen esta enfermedad crónica y el 65% de ellas no logra controlar sus niveles de glucosa en la sangre.
Un reciente estudio científico indica que la exposición a la luz artificial después de la medianoche podría aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Esta enfermedad crónica se caracteriza por la resistencia a la insulina o la poca capacidad del cuerpo para producir la hormona del páncreas.
La investigación cobra relevancia al involucrar alrededor de 85.000 personas, de entre 40 y 69 años, que usaron aparatos en sus muñecas para medir la exposición a diferentes niveles de luz en el día y la noche durante una semana. Además, gracias a los procedimientos del Biobanco del Reino Unido, una base de datos médicos que contiene información genética, se siguió la salud de los participantes a lo largo de nueve años.
El estudio científico descubrió que aquellos que desarrollaron diabetes tipo 2 mostraron una mayor probabilidad de haber estado expuestos a la luz entre las 12.30 a. m. y las 6.00 a. m., un lapso comúnmente empleado para descansar.
Los participantes con un 10% de mayor exposición a la luz durante la noche presentaron un 67% más de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en comparación con los que evitaron más la iluminación.
Según los datos recabados, la exposición a la luz artificial de una lámpara, teléfonos inteligentes o el televisor se relaciona con trastornos del sueño. Sin embargo, se sugiere la presencia de otro mecanismo que altera más esta dificultad para descansar, es decir, un elemento complementario. Factores como el sexo, la probabilidad de herencia de diabetes, la dieta, la actividad física, la exposición a la luz diurna, el tabaquismo o el consumo de alcohol tampoco afectaron los resultados.
Los autores del estudio científico, encabezado por investigadores de la Universidad de Monash, en Australia, recomiendan evitar la luz nocturna porque es una "medida sencilla y económica" que podría reducir la carga global de la diabetes tipo 2.
Evidencias recientes en animales y humanos sugieren que la exposición a la luz artificial puede alterar los ritmos circadianos —ciclo de cambios físicos, mentales y de comportamiento durante las 24 horas del día—, lo que resulta en una menor tolerancia a la glucosa, una secreción alterada de insulina y un aumento de peso. Todo esto incrementa el riesgo de trastornos metabólicos.
Sin embargo, investigaciones previas sugieren que cuando se altera la producción de melatonina y se descontrola el ritmo circadiano, el páncreas podría secretar menos insulina, contribuyendo al desarrollo de la enfermedad crónica. Conforme a un artículo de la Organización Mundial de la Salud, la diabetes empeora la calidad de vida de 422 millones de personas en el planeta, de las cuales 62 millones habitan América.
Algunos estudios, como el de Current Biology del 2017, exponen que un fin de semana sin luz artificial ayuda a restablecer el ritmo circadiano. Esta podría ser una recomendación útil para mejorar la salud. El artículo se encuentra con el siguiente título: 'Sincronización circadiana con el ciclo natural de luz y oscuridad a lo largo de las estaciones y el fin de semana'.