En el noroeste de Extremadura y cobijado entre cinco mágicos valles se encuentra el Parque Cultural Sierra de Gata , un bello destino que guarda bajos sus fronteras piscinas naturales para refrescarse en verano, destacados espacios naturales como el Embalse de Borbollón, la cascada de la Cervigona o los castaños Los Abuelos , un conjunto megalítico –Dólmenes de Hernán Pérez–, un puñado de pueblos que conservan en magnífico estado su arquitectura tradicional y hasta una ruta de senderismo que recuerda a los contrabandistas que sorteaban a la autoridad cuando cruzaban la frontera con productos como café, tabaco o prendas de vestir, recorrido de 17 kilómetros que une Valverde del Fresno con la localidad portuguesa de Funhos. En el corazón de esta sierra se ubica Hoyos , uno de los municipios más grandes e importantes de la comarca que ha sido declarado recientemente Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico . Este destino perteneció a la Casa Ducal de Alba en el siglo XV y fue durante mucho tiempo lugar de retiro veraniego para los obispos y cabildo de la diócesis de Coria. La historia de este pueblo que cuenta con unos 800 habitantes estuvo relacionada con antiguos asentamientos romanos –por su cercanía a la Ruta de la plata– y árabes, pero cobró mayor relevancia en la etapa de la Reconquista al incorporarse al Reino de León. Sería a principios del siglo XIX cuando se produciría uno de sus episodios más destacado. Durante la Guerra de la Independencia las tropas francesas asesinaron al Obispo de Coria don Juan Álvarez de Castro en su casa-palacio ubicada en este lugar. Como en todos los pueblos de esta zona, lo mejor es caminar para descubrir sus encantos. El casco histórico de origen medieval se desarrolla en el entorno de la iglesia de Nuestra Señora del Buen Varón, templo construido en piedra sillar con tres portadas abiertas a tres plazas. La principal, que da a la Mayor, es la más destacada desde el punto de vista artístico por ser uno de los mejores ejemplos de estilo tardorrománico de Extremadura y por su arco de medio punto, sus sendas arquivoltas y sus atractivos capiteles con ornamentaciones vegetales e imágenes que quizás aluden a la Virgen María. Las otras dos, que dan a las plazas de la Constitución y Gabriel y Galán son de estilo gótico y pertenecen al a nueva construcción del primer cuarto del siglo XVI. Más allá de esto, hay que pasar por las calles más destacadas del centro, la de Obispo Álvarez de Castro , donde se puede apreciar una mezcla de casas típicas y casonas de piedra sillar adornadas con ventanas germinadas decoradas con adornos florales, así como con escudos nobiliarios, y la antigua calle Real, que constituye la entrada meridional al pueblo y que se alargar hasta el barrio del Escobar. Otro de sus monumentos a tener en cuenta son el Convento franciscano del Espíritu Santo , templo prácticamente en ruinas cuyo fundador –natal de Hoyos– acompañó a Pizarro en la conquista de América, la Casa del Deán y la ermita del Cristo. Para los días de calor es su piscina natural, ubicada a unos 2 kilómetros del centro del pueblo cuyas agua heladas eliminan el calor de un plumazo. Cuenta con zonas verdes para tumbarse, un amplio aparcamiento, un merendero con mesas y bancos y hasta un para picar algo. Por último, aquellos que lo visiten en verano no puede perderse sus fiestas patronales de San Lorenzo cuya programación incluye actividades culturales, deportivas y verbenas. Estas se celebran los días 10 y 11 de agosto y son de las más famosas de la Sierra.