Sano y salvo. Así quedó
Novak Djokovic tras su debut en Wimbledon 2024, veintisiete días después de pasar por un quirófano en París para solucionar un desgarro meniscal en la rodilla derecha. Un éxito, aunque momentáneo porque el propio serbio sabe que debe espera a ver cómo evolucionad la articulación a la acumulación de esfuerzos, sobre todo cuando el rival exija que no haya limitación que valga.
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