Tras su primer y cómplice 'cara a cara' televisado en el plató de '¡De Viernes!', Terelu Campos y Carlo Costanzia -que tan solo se habían visto en dos o tres ocasiones antes- han tenido un nuevo encuentro privado. Como adelanta 'Ok Diario', confirmando que quiere tener relación con el novio de Alejandra Rubio, la presentadora invitó a la pareja a comer en su casa el pasado domingo.
Una cita cordial que se alargó durante más de dos horas y en la que la hija de Terelu Campos y el padre del que será su primer nieto aprovecharon para conocerse mejor ante la orgullosa mirada de la embarazada del momento, que una vez recuperada del Covid ha retomado su día a día con total normalidad.
Sin embargo, la polémica continúa rodeando a Alejandra y, a pesar de que de puertas para afuera su unión con su madre y con Carlo es total, se especula con que las cosas serían diferentes en la intimidad. Por un lado, se rumorea que la relación entre Terelu y su hija no sería tan idílica como nos quieren hacer ver, ya que a la influencer le habría sentado mal que su progenitora concediese una exclusiva hablando de su embarazo sin habérselo consultado antes.
Tampoco estaría nada contenta con la imagen que Carlo dio en '¡De viernes!'. Según diferentes colaboradores de televisión, Alejandra habría visto a su novio un poco prepotente a la hora de hablar de su relación y de su futura paternidad, y la pareja habría tenido un desencuentro porque el hijo de Mar Flores se negó a que su pareja diese la noticia de su embarazo en el programa en el que colabora, 'Así es la vida', convenciéndola para contarlo en exclusiva en '¡Hola!' y llevarse una jugosa cantidad por ello.
Informaciones a las que Alejandra ha reaccionado con el más absoluto silencio y con la actitud soberbia que tanto ha negado en los últimos días a raíz de las críticas a raíz de anunciar su embarazo. Horas antes de reaparecer en su programa -donde este martes se pronunciará sobre el encuentro televisado entre su madre y Carlo- la sobrina de Carmen Borrego ha salido de su casa haciendo oídos sordos a las preguntas y, haciendo aspavientos con los brazos, ha dejado claro que no piensa cambiar su comportamiento ante las cámaras que siguen cada uno de sus pasos.