Ubicado en el hotel La Zambra, heredero del icónico Byblos que acogía a los famosos internacionales en los 80 y 90, Picador abría el pasado en verano para avivar la oferta gastronómica del municipio de Mijas.
Con los chefs, Iker González y Juanjo Solano al frente, desarrollan una propuesta gastronómica que apuesta los sabores tradicionales y bocados típicos andaluces en versión actualizada, sin dejar atrás toques creativos y un estilo desenfadado.
Cuenta con entrada directa desde la calle, por lo que es una entidad única dentro del hotel, que de hecho, si se llega desde fuera no se tiene la sensación de estar La Zambra, por lo que es un resaturante abierto a todo el público.
Juanjo Solano, uno de los chefs de PicadorCon el vernao comenzado, los chefs Iker González y Juanjo Solano, prometen elevar las veladas estivales de la Costa del Sol interpretando su tradición culinaria en clave actual a través de un nuevo menú que rinde homenaje a los sabores de la temporada.
Así, la nueva carta de Picador comienza con un homenaje a los grandes clásicos malagueños que no olvida su guiño tan particular a la vanguardia, poniéndose de manifiesto en entrantes como la ensalada malagueña aliñada con aceite de confitura de bacalao y sus lascas, cubierta de espuma brandada y engalanada con pequeñas esferas semilíquidas de aceituna y cortes de naranja.
Croquetas de bogavanteAdemás, entre las novedades no pueden faltar las míticas croquetas de Picador, que, caracterizadas por su textura cremosa y untuosa, los chefs versionan en esta ocasión con bogavante. «Partimos de una salsa americana potenciada por las cabezas y el coral del crustáceo, y coronamos con piezas de su propia carne, que reflejan nuevamente el compromiso inquebrantable de Picador con el producto de máxima calidad», explica el chef Juanjo Solano.
Pasta fresca rellena de gamba de GarruchaA través de sus principales, Picador se posiciona como el ‘hot spot’ de Mijas para disfrutar de la gastronomía protagonista del verano. Entre ellos, se puede degustar la pasta fresca rellena de gamba Garrucha, caldo de pintarroja y crema agria, una reinterpretación contemporánea del tradicional caldo de pintarroja como homenaje a los puertos malagueños, especiada con hierbas cítricas como citronela, galanga o piel de lima para intensificar un contraste de sabores que evoca las tardes de verano junto al mar, disfrutando del característico pescaíto con limón tan característico de la Costa del Sol; el mollete de pringá con salsa de hierbabuena y shiso, que transforma el clásico andaluz en toda una experiencia gastronómica al estilo Picador a través de la técnica del pan bao, para obtener un mollete mucho más suave gracias a su cocción al vapor; o el arroz cremoso de rape con punta de yema.
Mollete de pringá
Como colofón de esta experiencia, los créditos de la carta invitan a disfrutar de los postres icónicos de Picador, como el chocolate en cinco texturas, terminado en sala con una sopa de chocolate caliente; la famosa torrija de Picador, rellena de praliné de pistacho
casero, polvo y helado de pistacho; profiterol de capa crujiente y relleno de un cremoso de mango y chocolate blanco caramelizado; y, como propuesta vegana, el postre piña y coco, con una base de espuma de coco y piña asada a baja temperatura.
Profiterol de mango