La Bolsa francesa se revalorizó ayer un 1% y la prima de riesgo retrocedió más de un 6%. Aparentemente, por tanto, los mercados se tomaron con relativa satisfacción los resultados de la primera vuelta de las elecciones legislativas en el país: resultados que, a falta de que se celebre la segunda vuelta el venidero domingo, apuntan o a una mayoría absoluta de Agrupación Nacional –el partido de Le Pen– o, como poco, a una mayoría simple. Todo dependerá de los pactos a los que lleguen los otros partidos rivales: si algunos de los candidatos con menos opciones en cada circunscripción se bajan de la carrera electoral –y algunos pasos se están dando ya en esa dirección–, entonces la mayoría absoluta se le complicará a Le Pen –o, más bien, a su candidato a primer ministro: Jordan Bardella–.
Y aquí reside una de las principales razones de optimismo entre los inversores: según las encuestas realizadas semanas antes de las elecciones, sabemos que el peor escenario imaginable para los mercados era una mayoría absoluta del Nuevo Frente Popular –de izquierdas– y que, a la vez, observaban con cierto recelo –aunque mucho menor– una mayoría absoluta de Agrupación Nacional. Los resultados ideales para los inversores eran o una muy improbable mayoría absoluta del partido de Macron o, alternativamente, un bloqueo parlamentario que impidiera la gobernabilidad –o alumbrara un gobierno frágil sin capacidad legislativa–.
¿Y por qué tenían tales preferencias? Pues porque tanto el programa de Agrupación Nacional como, sobre todo, el del Nuevo Frente Popular son programas económicos horrendos: Agrupación Nacional quiere aumentar el gasto bajando algunos impuestos –más déficit– y el Nuevo Frente Popular quiere aumentar salvajemente el gasto, salvajemente los impuestos y, pese a todo, salvajemente el déficit. Por eso los mercados confían en que, si nadie puede aplicar su programa, todo irá mejor –o menos mal– que si alguno puede gobernar sin cortapisas. Y, a su vez, si alguno tiene que gobernar sin cortapisas, prefieren a Agrupación Nacional que al Nuevo Frente Popular. Por eso, los resultados electorales del domingo, al abrir la puerta a un parlamento bloqueado o a un gobierno frágil, insuflaron un poco de esperanza.