Hace dos meses, a Isabel le rompieron la cadera por 70 míseros euros. La mujer de 86 años, vecina de Fuenlabrada, acudió a un cajero de la localidad para sacar dinero, sin saber que unos ojos llevaban tiempo esperando a su potencial presa. Al ver que la anciana no llevaba compañía, la siguieron de vuelta a su casa y en una solitaria calle, ajena a miradas indiscretas, aprovecharon para pegarle un tirón al bolso. Llevaba un billete de 20 euros y había sacado otro de 50 de la sucursal. A causa de la caída, Isabel tuvo que ser operada y aún no ha recuperado la movilidad de antaño. Mejor suerte corrió el padre de Ana tras ser atracado en un...
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