Los vecinos de la calle del Toboso, en el barrio de San Isidro, amanecieron el lunes con asombro e impotencia. Pasada la medianoche, un residente de la zona encontró a un bebé en el interior de una bolsa de plástico en el portal del número 106 de dicha calle. El recién nacido fue trasladado, sano y salvo, al hospital 12 de Octubre y ahora se encuentra bajo la tutela de la Comunidad de Madrid hasta que encuentre una familia de acogida que se haga cargo de él. «Se me han puesto los pelos de punta. A ver si encuentra una buena familia», expresaba a este periódico una vecina que se había enterado de lo sucedido a escasos metros de su vivienda apenas unos minutos antes . Un vecino de la zona encontró en torno a las 00.20 horas a un bebé en el interior de una bolsa de supermercado y envuelto en una toalla. Inmediatamente llamó a una vecina del edificio y avisaron a la Policía. Una vez ahí, los sanitarios de Samur-Protección Civil comprobaron que tenía sangre y aún se encontraba caliente, por lo que podría haber nacido horas antes de ser abandonado. El bebé fue trasladado por los servicios de emergencia al Hospital 12 de Octubre sano y salvo. Hasta la calle del Toboso también llegaron agentes de la Policía Científica, que hablaron con testigos y recogieron huellas para intentar localizar a los progenitores. La Comunidad de Madrid asumirá la tutela de este recién nacido y buscará una familia de acogida de emergencia, tal y como ha informado este lunes la consejera de Familia, Juventud y Asuntos Sociales, Ana Dávila. En caso de que no hubiera una disponible, el bebé pasaría a uno de los centros de la Comunidad de Madrid y, una vez finalizada la investigación, el Gobierno regional asumiría la tutela de forma permanente e ingresaría al régimen de adopción. Este sería el tercer caso de abandono de bebés recién nacidos en la región en lo que llevamos de año. Desgraciadamente, los otros dos no se encontraron con vida. El hallazgo más reciente tuvo lugar el pasado martes en la planta de tratamiento de residuos de Valdemingómez. Fue un operario el que halló el cadáver entre las basuras. El 12 de mayo se produjo un suceso parecido en la calle de Acuario, en el distrito de Barajas. Un vecino fue el que se percató de la presencia del cuerpo sin vida del bebé entre dos contenedores. Aún tenía el cordón umbilical y se encontraba en el interior de una bolsa de supermercado, de tela de rafia, y a su vez metido en una bolsa de deportes. A día de hoy, el Grupo V de Homicidios de la Policía Nacional continúa investigando la muerte del pequeño, que apenas habría nacido unos diez días antes del fatídico hallazgo.