El sábado, Laura , de 20 años, y su madre, Marian, de 49, fueron asesinadas con una escopeta de caza por el que había sido hasta hace poco el novio de la joven, un hombre de 35 años que poco después de su doble crimen se suicidó con la misma arma. El infame crimen machista ya fue condenado públicamente en el pequeño municipio granadino de Zafarraya , de apenas dos mil habitantes y a 70 kilómetros de la capital. Pero este lunes 1 de julio, las dos asesinadas han recibido un homenaje póstumo frente a la sede de la Subdelegación del Gobierno. En la concentración se ha dejado claro que, ante actos así, sobran las palabras y faltan las acciones . «Ni una menos, vivas nos queremos» o «No son arrebatos, son asesinatos» fueron dos de las consignas coreadas por las personas congregadas, que por un minuto contuvieron su dolor y su rabia para recordar a todas las víctimas de la violencia machista. Se sumaron a ese duelo representantes del Ejecutivo central y de la Junta de Andalucía, entre otras instituciones. El subdelegado del Gobierno en Granada, José Antonio Montilla , ha incidido en que frente al machismo «no caben excusas» y que la violencia contra la mujer es «uno de los problemas más graves que tiene nuestra sociedad», contra el que por supuesto no tiene sentido alguno el «negacionismo». Montilla ha lamentado que sigan produciéndose casos así «pese a que existen medios de protección» y, en ese sentido, ha recordado que en la provincia de Granada hay 2.464 mujeres registradas en el sistema VioGen. «Esto ya no es una lacra sino una emergencia humanitaria», ha dicho a su vez Manuel Martín , Defensor del Ciudadano de Granada, que ha pedido más contundencia. Una idea a la que se ha sumado Francisca Fuillerat , portavoz de la Plataforma 8 de Marzo-25 de Noviembre. Ha recalcado que debe «revisarse» el pacto de Estado contra la violencia machista. «La violencia machista ha superado las cifras de los asesinatos de ETA , tenemos que dar todos un paso adelante y luchar juntos contra una violencia que hace que las mujeres seamos rehenes de los maltratadores, cuando deberíamos ser ciudadanas de primera», ha insistido Fuillerat. Por parte de la Junta, la delegada de Inclusión Social, Matilde Ortiz, también ha abogado por dar «una vuelta de tuerca» y analizar más en profundidad las causas de los asesinatos, que Jorge Saavedra , portavoz del equipo de Gobierno en Granada, ha calificado como «salvajadas injustificables».
