Ubicado en el corazón del Valle del Tena está Piedrafita de Jaca , un destino que reúne una excepcional riqueza natural y paisajística, una exquisita gastronomía y un destacado patrimonio. Recorrer sus calles empedradas permite descubrir todos sus encantos, que son muchos, y es que este es uno de los pueblos del Alto Gállego más representativos de la llamada arquitectura popular pirenaica, por lo que admirar sus bellas casas y edificios principales, como el Ayuntamiento, es una delicia. El paseo puede comenzar en su plaza Mayor , presidida por la Casa Silvestre, de arco conopial y doble altura, y puede seguir por la iglesia de San Andrés que presenta una nave dividida en tres tramos con ábside recto y capillas laterales en los contrafuentes y que conserva una puerta del siglo XVI perteneciente a la primitiva iglesia, el Centro de Interpretación 'Brujería en el Alto Gállego' , un espacio destinado a conocer la historia de esta práctica en la zona desde donde se ofrecen visitas guiadas a los vestigios visibles en su arquitectura. Para detenerse es también la Trilladora de la 'Era de Chirosé', símbolo distintivo de la tradición rural pirenaica. Más allá de esto, aquellos que viajan con niños no deben perderse ni el Parque Faunístico Lacuniacha , treinta hectáreas para conocer la fauna y flora de las especies del Pirineo aragonés, y admirar, desde uno de sus muchos miradores, la geología característica de la zona, ni la nueva atracción turística de la zona que ha abierto sus puertas en el mes de junio, el laberinto de los Pirineos. A los pies de la imponente Peña Telera , un pico que forma parte de la Sierra de Partacua que se eleva 2.764 metros sobre el nivel del mar, se levanta esta atracción que cuenta con 4.000 cipreses cuidadosamente plantado s y 5.000 metros cuadrados de caminos entrelazados y pura diversión. Este proyecto, que comenzó a fraguarse en otoño de 2019, es obra de Juan Fanlo Belio . Este emprendedor trabajaba durante los inviernos como profesor de esquí en la estación de Panticosa, pero durante el verano tenía que buscarse alternativas para sobrevivir, por lo que tras conocer el laberinto de cipreses de Villapresente (Cantabria) decidió crear su propia versión en el Pirineo aragonés. Aunque los trabajos tuvieron que pararse un año después por la pandemia el proyecto logró salir adelante y llegar a buen puerto gracias a sus familiares y amigos que le ayudaron a plantar los cipreses de los que se compone. Además de ir con niños se puede llevar a las mascotas ya que estas son bienvenidas, de hecho, en el laberinto cuentan con dos perros Pointer, dos hermanos que nacieron justo cuando se plantaron los cipreses y que han crecido paseando por el recorrido. Eso sí, es necesario llevarlas atadas y con sistemas para recoger sus necesidades. Como complemento hay una pequeña cabaña donde se pueden adquirir las entradas, así como refrescos y snacks y una zona de picnic con vistas al Embalse de Búbal , en el que se puede optar por darse un refrescante baño o practicar deportes acuáticos. Aquellos que vayan con coche disponen de un parking gratuito con capacidad para 50 vehículos. El horario es de 11,00 a 18.00 horas de jueves a martes y de 10 a 19 los sábados durante el mes de julio (los miércoles cierra) y de lunes a domingos de 10 a 19 horas en agosto. El precio de la entrada, que se puede adquirir tanto online como en taquilla, es de 7 euros adultos y 4 euros niños de 4 a 12 años . Para los más desorientados salir de este laberinto puede llegar a costarles cerca de una hora.
