El Festival Gnaoua de Essaouira, Marruecos, ha concluido su 25ª celebración con un final inesperado. El fallecimiento ayer de la madre del rey Mohammed VI, Lalla Latifa, conllevó a un luto nacional y, por tanto, a parar de inmediato las múltiples actividades, entre ellas las organizadas por el certamen. No obstante, finalmente el certamen de música gnaoua decidió no cancelar su agenda y continuar adelante, celebrándose como se habían previsto los conciertos de artistas como Buika.
Entre el 27 y 29 de junio se sucedieron en Essaouira conciertos que han celebrado la mezcla y la fusión de géneros, viendo a artistas de hip hop, flamenco o jazz combinando sus talentos con los de los maestros de gnaoua, conocidos como Maâlem. El palestino Saint Levant o la banda sudafricana BCUC han sido algunos de los artistas propuestos por este ecléctico programa que, cada año, tal y como explica la productora del certamen, Neila Tazi, «va evolucionando conforme a los sentimientos de la gente, de los músicos y del público. Con el desarrollo de esta escena cultural también va evolucionando Essaouira como escenario y lugar de reunión artística».
Este evento se creó en 1998, y en gran medida ha servido como una oportunidad económica y de emprendimiento para sus ciudadanos. «Desde su inicio, el festival ha sido una gran ocasión para cualquiera que en la ciudad quisiera abrir un hotel, un restaurante o una tienda. Se han creado muchos puestos de trabajo, y la ciudad ha crecido mucho en estos 25 años», continúa la productora, «de 1.500 camas de hotel que había en el año de su creación, ahora hay 11.700».
Para el 25 aniversario, el Festival Gnaoua ha continuado con su lento pero eficiente crecimiento, incorporando nuevas actividades como el acuerdo con el emblemático Berklee College. «Esta colaboración lleva fraguándose 14 años», confiesa Tazi, «pero no tenemos prisa, porque tenemos una visión clara de lo sostenible que debe ser este festival en términos de desarrollo».