El gran objetivo del Gobierno de Pedro Sánchez, sobre todo a lo largo de esta última legislatura, ha sido el desembarco de manera escalonada en sectores clave de la economía española y dentro de sus grandes empresas estratégicas. Telecomunicaciones, energía, infraestructuras o banca, principalmente, se han convertido en las industrias más valoradas por el Ejecutivo, donde ha puesto el ojo en compañías de renombre, comprando participaciones no mayoritarias pero con una posición relevante, dado el escaso capital con el que cuenta el Estado para adquirir directamente las empresas a través de su brazo armado inversor, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Y es que tras lograr el pacto con sus socios de Gobierno en las últimas elecciones generales de...
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