El yihadista detenido por la Guardia Civil en Málaga, M. M., abría cerraba continuamente cuentas de Tik Tok con el fin de eludir la vigilancia de los “ciberpatrulladores” de UCE-2 del Servicio de Información de la Guardia Civil (SIGC). El día que fue arrestado pensaba viajar, por vía aérea, a Nador, en Marruecos, de donde es nacional, por lo que existía un elevado riesgo de fuga.
Según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto, M.M. era administrador, en el momento de su arresto, de siete perfiles en la citada red social. En ellas insertaba publicaciones de contenido filoterrorista, vinculadas directamente con contenidos propios de la organización terrorista DAESH (Estado Islámico, Isis). Los agentes detectaron que M.M., cerraba y abría perfiles, debido con total a los mensajes que difundía, en los que incitaban a realizar la yihad.
Es decir, que, gracias a la monitorización realizada, se pudo observar el yihadista, tras el cierre de los perfiles, abría otros nuevos en la misma red social, desde los que desarrollaba actividades virtuales vinculadas directamente con DAESH. Esta actividad de creación de nuevos perfiles ha sido constante a lo largo de la investigación se llegaron a contabilizar hasta 16 cuentas abiertas en la plataforma TikTok, aunque actualmente sólo utilizaba dos con material propagandístico idóneo para el adoctrinamiento y la captación a terceros e incitación a la comisión de atentados terroristas.
Tal y como ha informado LA RAZÓN, el Estado Islámico ha incrementado, de un tiempo a esta parte, la difusión de manuales para que sus “cibersoldados” no sean capturados por las Fuerzas de Seguridad. Los terroristas son conscientes de que la difusión de sus mensajes es una de las armas principales de su actividad criminal y, a la vez, uno de los grandes puntos vulnerables. Una “guerra” en silencio gracias a la cual se han evitado numerosos atentados, algunos a punto de ser perpetrados.